Sin necesidad de mostrarnos panorama alguno, este libro recolector nos expone a una irradiación escritural-poética y compleja; voces corales relampagosas expresamente paradojales y certeras, ficciones lúcidas que rozan el experimento de algunos estilos uniéndose mediante hebras invisibles a la tradición más reciente de la poesía chilena. Si bien las escrituras aquí presentes denotan independencia unas respecto de otras, sus recursos de uso estético se entrelazan y se nutren de los guiños secuenciales; es decir, se interceptan y se alejan a lo largo de sus obras como rieles, de los versos como vías, como formas y dibujos; tajos, rayaduras, ronroneos de la música astillosa que nos cantan, que les brilla y prolifera. Parra, Saldaño, Arcaya, Donoso y Saavedra evidencian para luego derretir como las gomas el discurso en la escritura. Sudan por los poros de la obra los fluidos de la letra. Ellos lamen, mojan, doblan y arquitectan este domo curvo no reconocible, no denominable que se asoma borrascoso y nos babea.