En un parque del centro de Milán aparece un cadáver brutalmente golpeado y el homicidio, tras un insólito hallazgo del forense, deriva a la división antiterrorismo de la policía. La hipótesis: extremismo ecológico. El caso es asignado al comisario De Patre y al inspector Tagliaferri, dos elementos indigestos a la jerarquía policial: el primero por conflictivo, el segundo por izquierdista. Y mientras el resto de la división enfrenta la gran amenaza de Al Qaeda, ellos darán la caza a un espectral grupo ecoterrorista empeñado en acabar con los enemigos de la naturaleza. Revisión irónica de las taras del consumismo y de la obsesión mediática en Occidente, "Los crímenes del caso Mariposa" puede leerse como una novela negra en clave satírica, un manual de supervivencia para inmigrantes o la crónica de una sociedad generosa y decadente, culta y retrógrada, luminosa y racista. (320)