Las más de 700 páginas del volumen presentan el variado dibujo que tomó a lo largo de su extenso ejercicio el humanismo de Víctor Andrés Belaunde. Al lado de las reflexiones históricas y políticas, se transcriben opiniones de aspecto jurídico, pedagógico, diplomático y también electoral; este último campo, por ejemplo, engloba una defensa memorable del sufragio femenino asentada en consideraciones éticas y prácticas. Pero no cabe duda que son las páginas dedicadas a desentrañar la esencia de nación y evocar el aliento del cristianismo las que trazan un cauce central en la compilación de O. Gonzales y D. García Belaunde. Ellas recogen mejor que ninguna otra la mirada en perspectiva, el sentido de las proporciones y la erudición del padre del pensamiento socialcristiano en el Perú.
Peruanidad y cristianismo forman una única idea para Víctor Andrés Belaunde. La polémica con Mariátegui, lamentablemente trunca por la temprana muerte del amauta, establece con claridad el reformismo católico de Belaunde. Colocando en la noción de mestizaje toda la fuerza que puede recibir, él rechaza la teoría de un país partido en dos por la llegada de los españoles, que se habría dividido después de eso en un mundo espurio —el criollo occidental— y otro genuino aunque esclavizado —el indígena.