Editorial(es): Instituto de Estudios Peruanos
Lugar de publicación: Lima
Año de edición: 2006
Número de páginas: 243
Decir que este trabajo de Mónica Bernabé es un aporte valioso, removedor y rupturista es afirmar una verdad insoslayable, pero no toda la verdad. Porque su ojo crítico, al posarse en un momento clave de la literatura latinoamericana del siglo XX, no mira desde una sola perspectiva; esa mirada nunca es unilineal: es múltiple y penetrante, es plural y conjuntiva. Bernabé se detiene puntual y circunstanciadamente en la actividad de tres escritores que dejaron huellas indelebles en una época de cambios, pero la íntegra historia de esos años aparece involucrada al sesgo en su sostenido asedio. De allí que a fuerza de preciso el título de este libro resulta engañoso. A través de él se nos informa que el recorrido va de Simbólicas de José María Eguren a Trilce de César Vallejo; que se analiza el hacer de José Carlos Mariátegui, Abraham Valdelomar y Eguren; que Lima obra como eje cultural al conquistar y desplazar; que el análisis hace hincapié en la bohemia y el dandismo, pero el contundente "vida de artistas", expande el significado de ambas categorías como articuladoras de tensiones profundas, aquellas que transitan entre el hispanismo y el indigenismo, que leen el Modernismo como prefiguraciones de las vanguardias. Sí, todo eso puede leerse desplegado en estas páginas; pero hay más, mucho más. Por ejemplo, el último señalamiento es leído también y mejor: Juan Croniqueur, el Conde de Lemos y el habitante del "palacio cristalino" serán los genitores de la vanguardia en el Perú. Comprobación que muy bien puede servir para erradicar el malentendido del "posmodernismo" en otros ámbitos latinoamericanos.