Los turistas tienen sus guías impresas para recorrer la capital del Perú y llenar sus cabezas con irrealidad. Tapadas de fino pie, virreyes en calesa, pregoneros sonrientes, románticos balcones de estirpe mora, comida gourmet basada en ingredientes que los esclavos negros le arrancaron a la buena mesa de sus patrones. Los viajeros, en cambio, tienen que descubrir Lima a punta de caminarla sin orden ni concierto. Y es que visitarla así, como vaya apareciendo, nos da una Lima absolutamente atravesada, con su preñez mestiza y su delirio emergente; su hibridez y su perfecta coherencia, su furor progresista y su decadencia espléndida. Lima bizarra es una tautología: Lima, la Lima de hoy, es bizarra como pocas ciudades del planeta, y ahí precisamente palpita su mayor interés. La guía que el viajero ahora tiene en sus manos registra las rutas personales del autor y orienta al espíritu paria y desconcertado de quienes verdaderamente saben viajar: aquellos que no se fían de las guías oficiales de turismo. Lima Bizarra toma posición sobre la capital del Perú. Recomienda bajar a sus infiernos y vivirlos con la ternura que se merecen. Pone en primer plano el verdadero espíritu de un Centro que se nutre de su propia crisis y nos da el perfil de un Perú que no cesa de cambiar durante un solo segundo. Bienvenidos, viajeros, a esta Lima que se viene, pero para quedarse. Rafo León (400)