Editorial(es): Estruendomudo
Lugar de publicación: Lima
Año de edición: 2005
Número de páginas: 105
Desde el título -La soledad de los aviones-, este nuevo libro nos ubica en coordenadas distintas, inéditas en el autor de El infierno es un buen lugar: ya no se trata más de esa especie de narrativa pop y sucia en la que las frases cortas buscaban tener el efecto de una navaja. Todo lo contrario. La soledad de los aviones luce un tono evocativo, una búsqueda de la precisión verbal, una suerte de contención. Un relato como Velas, por ejemplo, plasma, sin aspavientos, la descomposición y la ansiedad de la clase media limeña en la época más dura del terrorismo. La soledad de los aviones es un libro irregular pero interesante, que abre nuevas brechas en las posibilidades expresivas de Sergio Galarza: como si una banda de rock, con los años, se empezara a dar cuenta de que su género es, también, la encarnación de la ductilidad, el desprejuicio, las sutilezas.