Exstrabismo un registro sonoro apreciable que la conduce, en determinados instantes, por los casi olvidados senderos de la rima y formas clásicos -como tercetos y cuartetos- en la poesía peruana. Aunque no es un mérito en sí, ello define una búsqueda particular en el variopinto panorama de la producción poética reciente. El poemario se divide en tres partes: "Voz de ojos" (con un matiz predominantemente infantil), "Fases" (en homenaje a las variaciones lunares) y "Exstrabismo" (sobre la otredad). En el primer segmento, las alusiones al mundo de la niñez son tratadas con malicia: "El oso que padres compraron / (porque las niñas que se portan bien lo tienen) / juega conmigo al amor / y no le gusta perder / aunque a veces nuestros cuerpos / son heridos / por diferencias irreconciliables" ("El oso", 16). La voz lúdica inicial adquiere un carácter trasgresor que se detiene en una etapa contemplativa (por ejemplo, "Luna llena") y alcanza su culminación en la última sección del libro, cuyo inicio exhibe influencias culteranas. Verificada a través de una exploración del otro -habitante sufriente de uno-, la mirada propicia una sensibilidad exuberante que desgarra en forma inevitable el cuerpo propio y, a manera de inflexión, consiente el asomo de la muerte como valor constante en las sucesivas instancias de la vida, sinónima de caos y azar. (Giancarlo Stagnaro)