La maduración poética de Gonzáles Vigil se hace patenta en esta celebración del Universo como creación perpetua que es Génesis continuo. A modo de un nuevo creacionismo, todo brota y florece en estas páginas (del nuevo amor a la muerte, de la vocación poética al compromiso humanista, de las raíces patrióticas al vuelo religioso) en su desnudez esencial, ahí donde el Fiat Lux y el Big Bang siguen venciendo las tinieblas y a la nada.