En el universo de la pintura de las mujeres peruanas existe un común denominador en todas las obras: es amplio y diverso, como son sus culturas regionales. Todas aportan con su propuesta modélica a crear la identidad regional, a forjar la cultura regional, en sus diversos aspectos, manifestaciones y a descubrir nuestra curiosidad a fin de investigar más a fondo cada situación cultural particular. También hay excepciones.

Desde el sufrimiento hondo y la decepción amorosa, los infaltables desamores, pasando por la defensa de los animales, las plantas, el agua, el medio ambiente, de las fiestas y danzas, de la ruda faena campesina y del pesquero abnegado y mal renumerado, de la mujer trabajadora en general; muchas actividades humanas están presentes en sus lienzos. Es su repertorio seleccionado. El don del talento lo tienen en la sangre. Todo está modelado y es contemporáneo en esta sucinta presentación de su trabajo. Cada una escogió un tema de su preferencia para decirnos algo en especial en esta dura tarea. Se pone a prueba “de balas” nuestro nivel de tolerancia, dado que cada una tiene una personalidad bien definida y para exponer el mensaje pictórico, donde sea. Debemos confiar en su primor.