Cuentos tersos y fluidos sirven de llave para ingresar al enrevesado universo humano y rastrear sus identidades y secretos, donde podemos encontrar seres que encienden la noche entre cervezas y damiselas, soterrados debutantes que se despojan de sus prejuicios, individuos profundamente enamorados y desconsoladamente no correspondidos, pulsiones homosexuales y autocomplacencia, prácticas zoofílicas y estados de autoculpa, bonanza minera y explosión liberal: son algunos de los tópicos. "Deseos imperfectos" es un libro orgánico donde se percibe a un Eber Zorrilla más consolidado, creador de atmósferas, climas y sensaciones que envuelven a los personajes y que capturan al lector en una red de tramas y entresijos. El hilo conductor no es el deseo edificante, sino la expresión de deseos densos y trasgresores que impulsan a los protagonistas, la mayor parte de ellos pertenecientes a las urbes andinas, en los que el revés es una constante. En estos ocho cuentos que demuestran oficio y trabajo literario, el autor reafirma la frescura y la insolencia de un buen prosista. Los cuentos están llenos de giros juveniles, basado en el despliegue de un lenguaje coloquial. En ellos la insolencia es una cualidad estética, una forma de rozar la realidad. Con "Deseos imperfectos" Eber Zorrilla parece advertirnos que no está empeñado en dar preceptos de nada, solo pretende exponer deseos perfectamente humanos. (Antonio Cáceres Ramírez).