Con los 27 cuentos de este libro, Para que Carmela me ame, Cecilia Granadino Penalillo pasa a ser sin duda alguna (y de modo contundente) la mejor cuentista peruana, hoy en día. Lo viene demostrando desde Con harta vergüenza, su primer libro, y Un señor sentado en la banca de mis ilusiones, el penúltimo. Pues no veo a otra autora, de antaño ni de hoy, que siquiera se le asome un ápice en la cantidad, fuerza y contundencia narrativa y menos en la claridad y calidad en el brillo de sus cuentos.

Cada relato de este libro repartido en tres estancias, refulge poesía, exuda contenida tensión dramática, estremecimiento y ternura, y nos provoca reflexiones trascendentes sobre el destino, la vida, el amor, la muerte, la soledad, el desamor, las frustraciones, el machismo, y sobre el designio de haber nacido mujer en este universo machista.

Si alguien lo duda, pues que lea este libro. No necesita complejas demostraciones técnicas. En sus cuentos jamás la técnica pasa a ser protagonista, si no es subrepticia y en transparente segundo plano. Posee fresca vitalidad, estilo propio, y un modo poético de conmover, tan acertado, que nos evoca un hondo y desgarrador sentimiento andino, sin caer en patetismos ni cursilerías. Su talla es continental, y no creo equivocarme.