Estas ‘variaciones autobiográficas’ constituyen un ejercicio de memoria selectiva y quisieran servir de ‘contrapunto’ a la realidad histórica, otorgándole a esta dramatismo y realce, tal como señalaba José Ortega y Gasset en Espíritu de la letra (1927). Pero el sustrato histórico en que se basan, tan prosaico y diversificado como la vida misma, no sigue un orden cronológico y tampoco se atiene a los parámetros usuales de un libro de memorias, puesto que solo las revelaciones y ocultamientos del recuerdo, impregnados de una subjetividad insoslayable, le dan a la vida ya vivida una recreación poética que ‘dramatiza’ y ‘realza’ su significado. 

La vida aquí descrita es la de un profesor universitario que se despide, con nostalgia, de los quehaceres oficiales que dieron sentido a su existencia. Y en la revisión de su pasado evoca, desde una doble perspectiva —calificada por él de ‘académica’ y ‘sentimental’—, episodios de su niñez y de su juventud, de sus lecturas favoritas y del contenido de sus clases, de sus antecedentes teológicos y de su actualidad y estilo filosóficos. Los destinatarios de esta obra son su familia, sus maestros y compañeros franciscanos, sus profesores y colegas universitarios y, ante todo, los numerosos alumnos que se inscribieron en sus cursos de Filosofía y Cosmología. 

El mérito académico que acredita este volumen reside en que algunos de sus textos proporcionan, embrionariamente, la clave interpretativa para la comprensión de los libros y artículos que el autor ha publicado en el Fondo Editorial de la Universidad de Lima. No se trata, en consecuencia, de un adiós definitivo a la carrera docente, sino de la prolongación de una trayectoria nunca abandonada.