Giovanni Perleche es un cuarentón de clase media, mil ofi­cios, que vive acosado por las deudas. Su vida transcurre entre el tedio de la rutina doméstica, sus labores como profesor y las ocasionales aventuras amorosas con las que mitiga la frustración y el vacío que lo embargan. En su camino hacia el descalabro —empedrado de episodios de violencia familiar y adicción a las drogas—, un buen día se da cuenta de que lo ha perdido todo: su hijo, su esposa, la tranquilidad emocional y su casa, esa que con tanto esfuerzo ha construido. Solo entonces cobra conciencia del valor que entraña la escritura como una forma de esperanza y de reconciliación consigo mismo y con los otros.

Marco García Falcón explora en esta novela los vaivenes afectivos y los desencuentros de un antihéroe —un personaje hondo y complejo— capaz de movilizar las o­bras más sensibles, como también el extrañamiento del lector. Al mismo tiempo construye una hermosa defensa del lenguaje, la memoria y el amor por los hijos como medios para conjurar la soledad y el absurdo existencial. (250)