"Poesía de varios ángulos la de Humberto Cabrera, escrita con las vísceras y con la inteligencia, acorde con sus afirmación de que el hombre es la contradicción más perfecta que hay ("¿Qué es la poesía?"). Poesía donde predomina la pérdida y la nostalgia, la frustración y el exabrupto; pero retorna, con tenacidad inevitable, la afirmación de la vida y la esperanza, porque "Nuestro mundo aún es nuevo/ Y aún estamos tratando de descifrar lo que tenemos dentro nuestro" ("Cuando despiertes mi niña". Poesía propensa a actitudes cínicas, irreverentes, "malditas"; y, a despecho de sí mismas, también sacudida por la ternura y el sentimentalismo más desnudo: "Pido licencia para ser todo lo cursi que haga falta para terminar este poema" ("Un señor muy viejo recuerda a su chica"). Abundan los aciertos, las imágenes intensas, sus mismos excesos poseen el encanto de lo febril (...)". Ricardo González Vigil