Visto en el proceso estructural, la búsqueda de la libertad por parte de los esclavos, fue una aspiración constante desde los inicios de la instauración del régimen colonial en los territorios del antiguo Tahuantinsuyo. Prueba de ello las constantes rebeliones y palenques que se formaron a lo largo de la costa y la presencia mayoritaria de la población de ascendencia africana en las principales ciudades que llevó al temor constante a lo largo de todo el virreinato a una rebelión generalizada, más aún cuando en las diferentes rebeliones indígenas y especialmente en la de Túpac Amaru la participación negra era patente.
Sin embargo el régimen esclavista se encontraba siendo minado desde adentro por los mismos esclavizados al conseguir pos sus propios medios y mediante estrategias que combinaban una serie de factores y agentes; la tan ansiada libertad. Tal es así que al momento del decreto abolicionista el número de esclavizados era menor frente al de la población que había logrado su libertad por sus medios propios.