“En las primeras décadas del siglo XX, atreverse en poesía era escribir textos de vanguardia, diferenciarse de la poesía que respetaba estrofas, sílabas contadas y rimas. Pero en todo este siglo transcurrido, lo que casi han perdido los vates es la práctica de la poesía medida que tiene diez siglos en el castellano y que se revitalizó, cuando el poeta italiano Pierre de la Vigne creó el soneto que tendría fortuna en la pluma de Dante y Petrarca, en la de los poetas españoles Iñigo López de Mendoza y Garcilaso y que haría fortuna en el Perú en los magníficos versos de Martín Adán y Leopoldo Chariase. Dany Cruz retoma esta tradición, trabaja cada verso como un orífice, en lo que se distingue de tantos otros y prueba que el soneto, sonidito en italiano, tiene larga vida en los idiomas románicos” Marco Martos