María Delfina Álvarez Calderón Ayulo reconstruye minuciosamente los acontecimientos sobre la base de testimonios, documentos, fotografías y publicaciones de la época, con un estilo que combina agilidad y rigurosidad. Reproduce también el ambiente de inquietud social y el clima de múltiples conspiraciones que se respiraba a fines de la década de 1920. Civilistas, demócratas, leguiistas, militares y, por supuesto, el propio presidente caído en desgracia son los personajes que desfilan en estas páginas.
Las conclusiones son sorprendentes. El saqueo no habría sido un simple acto espontáneo de un grupo de ciudadanos indignados sino, más bien, un plan organizado al detalle para ciertos fines subalternos: sustraer documentos que comprometían a poderosos y prominentes personajes de la elite limeña de aquel entonces. El saqueo olvidado devela el misterio y comprueba, una vez más, que la corrupción es un mal que siempre ha estado entre nosotros.