"...El sueño del floripondio", denominación que engloba a todas estas inquietudes, son las meditaciones profundas frente a una calle, que guarda infinidad de secretos; son los diálogos constantes con nuestra muda interlocutora, la noche plácida y misteriosa. Calle y noche dan figuración y luz propia al lar natal.
Es querer cantar al hombre, al viento, a la distancia, a las piedras del camino. Es jalar el ayer para confundirlo con el hoy y el mañana..." Gutemberg Aliaga Zegarra