La autora trata de demostrar que los Derechos Humanos, que han conocido un desarrollo extraordinario desde la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, tienen en realidad sus raíces en la Edad Media. La Carta Magna de 1215 es quizás entre ellas la citada más frecuentemente, como el ejemplo de un texto que concedía, si no derechos fundamentales, al menos algunos privilegios. Pero no existe únicamente este texto. La autora nos presenta toda una colección de textos, fuentes muy variadas que demuestran el interés que manifestaba la sociedad de la época a las libertades fundamentales.