Con estas reflexiones o ensayos breves el autor pretende resaltar algunos aspectos del hombre que va perdiendo atributos y actualidad conforme envejece. No es un estudio geriátrico, sino una manera deliberada de tenderle la mano al anciano que va camino del silencio, para decirle que no está solo, que lo queremos sin conocerlo personalmente. Tal vez en estas páginas pueda encontrar un báculo a la indiferencia del medio. Que no piense, como dicen algunos, que es un ex hombre, sin un lugar en la escala social y condenado a dormir donde le cae la noche; es decir, en una plazuela, debajo de un árbol, en un hospicio, en la trastienda del negocio de un amigo benevolente, en cualquier parte.