En Infancia en Tacna, Basadre nos transporta a aquella Tacna digna y señorial de comienzos del siglo XX. Con gran sensibilidad dirige la mirada a sus primeros años en su ciudad natal: la infancia en una casona ubicada frente a la plaza de Armas, los maestros y los compañeros de escuela, los personajes entrañables del núcleo y del entorno familiar. La constatación de la temprana toma de conciencia de haber nacido en un territorio de posguerra, sirve de motivo a Basadre para reflexionar acerca de la fe de esa multitud anónima en el retorno a la gran y única patria, el Perú: «Sentirse enraizado en la tierra propia es, acaso, el mejor privilegio que un niño puede alcanzar».