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Fuente: Correo, Lima 28/10/08
http://www.correoperu.com.pe/lima_nota.php?id=77308&ed=14
Tras un breve paréntesis -en el que publicó dos libros para niños dedicados a sus hijos-, Julie de Trazegnies retoma su vocación literaria con Maldita sea, su primer libro para adultos en el que plasma sus mayores virtudes narrativas.
Correo: La primera vez que hablamos estabas por publicar tu primer libro, un cuento para niños; sin embargo, tú siempre has escrito para adultos...
Julie de Trazegnies: Aquella vez yo estaba por publicar Todo por chocolate. Y te conté que yo venía escribiendo desde antes cuentos para adultos. Y en realidad es lo que siempre he hecho. Lo de los cuentos infantiles fue una casualidad casi del destino y producto de una coyuntura en mi vida. Los publiqué por mis hijos, con mis hijos. Estos cuentos que componen el libro Maldita sea los he empezado a escribir desde antes de publicar los cuentos para niños. Incluso, el cuento que da nombre al libro quedó finalista del Premio Copé.
C: Los cuentos del libro mantienen una constante temática. ¿Los escribiste pensando en una unidad o ésta fue apareciendo de manera espontánea?
JDT: Las dos cosas a la vez. El libro lo he escrito a través de seis años, pero siempre pensando en publicarlos juntos. Y eso le daba una unidad. Pero al mismo tiempo cada historia es independiente, los protagonistas no tienen ninguna relación, aunque comparten algunos algunas características.
C: Personajes enfrentados a la adversidad...
JDT: Claro, personajes enfrentados a la adversidad. Y la manera como ellos manejan esa situación para salir adelante. Y eso se aplica tanto a los personajes masculinos como femeninos. Es tratar los temas humanos fundamentales: la vida, la muerte, la pérdida, el miedo, el destino. Es un poco una exploración de la volatilidad de la existencia, como nada es permanente y como todo es efímero, tanto la felicidad como la tragedia. El momento de felicidad se acaba, y la tragedia también pasa.
C: A pesar de la adversidad, los personajes no se dejan avasallar...
JDT: Los personajes al comienzo aparecen como unos protagonistas quizás débiles, pero van cobrando fuerza a medida que se va dando el relato. Y al final destellan una luz y una fuerza que los saca adelante. Y el libro, a pesar de tratar temas fuertes y vivencias duras, es un libro que no tiene nada de pesimista, es un libro que mira hacia adelante.
C: Uno de tus personajes -una pintora- señala que el arte la ayudó a mantenerse en pie, a no sucumbir. ¿Compartes esa idea?
JDT: Definitivamente. Yo creo que el arte es un medio de expresión por definición. El artista se expresa y se despoja de alguna manera de sus demonios a través de su arte. Y hace sus protestas humanas, de sus vivencias. Creo que todo artista plasma en su arte su experiencia personal. Pero también creo que es importante que se mantenga una distancia de las vivencias y los sentimientos, para a la hora de plasmar su arte y llegar a conmover a un lector no desbordarse en sus propias vivencias.
C: Algunos cuentos tienen una impronta fantástica...
JDT: Sí, especialmente en el cuento Maldita sea, que es donde más se evidencia el componente fantástico. Y salió espontáneo; de hecho por influencia de algunos autores. Yo creo que hay una característica en mis cuentos que es esa línea divisoria tan estrecha entre el sueño y la conciencia. Ahí juego un poco con la fantasía o con lo fantástico, si quieres.
C: ¿Entre los autores que mencionas que te han influenciado se puede mencionar a Murakami?
JDT: Murakami es un autor que me ha influenciado muchísimo en la actualidad. Estoy muy inmersa en su literatura. Y creo que los últimos cuentos que he escrito para este libro han tenido más influencia de él.