Jerónimo Pimentel
Jerónimo Pimentel: Lima es una ciudad de confrontación

Por Alfonso Rivadeneyra
Fuente: La República, Lima 14/02/13
http://www.larepublica.pe/14-02-2013/jeronimo-pimentel-lima-es-una-ciudad-de-confrontacion

El autor de La Ciudad más Triste, novela que se basa en el paso de Herman Melville –autor de Moby Dick– por Lima en el siglo XIX, habla sobre su proceso creativo y visión de la capital.

Tengo entendido que el Perú, de algún modo, influenció la obra de Herman Melville, no solamente en Moby Dick.
Melville vino al Perú por lo menos dos veces, ambas como tripulante de un barco ballenero, aunque en la segunda, antes de llegar, desertó y se pasó a un barco de la armada norteamericana. Y muchas de las impresiones que le dejó el Perú y, digamos, de la idea que se tenía del Perú en ese momento, están reflejadas en sus obras; en los relatos de Las Encantadas (1854) hay varias referencias; Benito Cereno (1855) termina en Lima; en Moby Dick (1851) existe este famoso pasaje en que se describe el cielo limeño y la ciudad.

El título de tu novela, La Ciudad más Triste, se debe a una descripción que hizo de Lima.
Sí, exacto, es como empieza su descripción: “Lima es la ciudad más triste que uno puede ver”. Lo que quería es rescatar esa mirada que tiene Melville de la ciudad y tratar de desarrollarla en una novela que me permita entrar a esta ciudad que es nuestra, pero también ajena.

¿Cuándo leíste por primera vez Moby Dick?
En el verano del 98, lo tengo bien claro porque me afectó mucho. Hice un combo furioso porque primero leí El Corazón de las Tinieblas’ de Conrad y lo empalmé con Moby Dick. Fue un verano en que estuve imbuido en una sensibilidad marina a raíz de esas dos lecturas.

¿Desde cuándo planeaste hacer La Ciudad más Triste?
Luego de ese verano en el que también leí mucho a Stevenson, me quedé un poco encerrado en ese mundo simbólico, del que me serví para escribir mi primer poemario, que se llama Marineros & Boxeadores(2003), y luego esa sensibilidad creo que nunca me abandonó. Entonces, no sé si lo planeé o si la necesidad expresiva me condujo a hacerlo.

En un momento te diste cuenta que estabas escribiendo algo de Herman Melville.
Me di cuenta que no lo podía evitar, y en ese momento decidí ceder a esa necesidad y dedicarme a ver qué era esto que tenía entre manos. Porque a veces uno no sabe qué es lo que tiene, no es una cosa tan clara sino que comienza como un impulso, uno empieza a escribir, empieza a buscar un tono, empieza a salir un lenguaje, pero no necesariamente a nivel de trama ni necesariamente sabe si eso va a ser prosa, ensayo o poesía.

La Ciudad más Triste está narrada en forma de cartas que escribe Herman Melville a su amigo Nathaniel Hawthorne, ¿En qué momento lo decidiste?
Fue prueba y error. Pensaba en escribir un poemario, que es lo más natural para mí. Luego en escribir un ensayo, pero me di cuenta que lo que me salía era más bien un tono testimonial. Entonces opté por utilizar el género epistolar, aunque si has leído la novela te darás cuenta de que es un uso con trampa porque no se cumple necesariamente la correspondencia, pero me servía mucho, me era muy útil dirigirme a alguien, sentir que le estaba escribiendo a otra persona. Y resulta que Melville tenía esta relación muy particular con Nathaniel Hawthorne, el autor de La Letra Escarlata (1850), que es a quien está dedicada Moby Dick.

¿Hiciste alguna investigación sobre la vida de Herman Melville aparte de bucear dentro de sus obras para documentarte?
Sí, leí mucho, hay dos biografías, una es la de Newton Arvin y otra es la de Hershel Parker, que son excelentes. Hay otra, que está traducida al castellano, de Andrew Delbanco, que también me fue de mucha utilidad.

¿En estas investigaciones hay algo que te haya captado mucho la atención, algo que te haya impactado?
Lo que me impactó bastante fue la diferencia entre la abundancia que había al momento de buscar información sobre Melville y lo poco que había sobre el Perú en esa época, una época que se llama grosso modo “caudillismo”.

Al leer La Ciudad más Triste se me hizo imposible no encontrar un parecido entre la Lima que describes y la Lima actual. ¿Fue esa tu intención?
Sí, mi intención fue ver de qué manera la ciudad sigue siendo por un lado la misma, y por otro ver cómo esa ciudad condiciona cómo nos relacionamos las personas. Es una ciudad de confrontación, un poco ensimismada; una ciudad que odia y siento que esas líneas siguen hasta ahora.

En todo caso, si una ciudad condiciona, será también condicionada por los habitantes mismos ¿no?
Es una relación de retroalimentación. Pero también creo, y esto es más un deseo que un hecho, que esa ciudad poco a poco nos está abandonando o ya ha muerto. Es una Lima que debería ser un recuerdo y siento que deberíamos apuntar hacia otro tipo de ciudad y hacia otro tipo de relación con ella.

Te refieres tanto a la Lima de entonces como a la Lima de ahora.
Sí, me refiero a esta mezcla de arcadia colonial de la que hablaba Salazar Bondy con esta suerte de añoranza de lo que es ser limeño. Tengo la sensación de que estamos a un momento de tránsito hacia otra ciudad, siento que esa Lima ya ha muerto y siento que la Lima que viene, y me vas a disculpar el optimismo, es una ciudad mejor.

La entrevista completa en video: http://youtu.be/47_8iXEN22E

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