Por José Paniagua Núñez
Fuente: Los Andes, 30/08/09
http://www.losandes.com.pe/Cultural/20090830/26390.html
Desde los albores de la República, los periódicos, folletos o algunas páginas escritas, que circulaban de mano en mano para la historia bibliográfica de una ciudad, o simplemente para el comentario de los parroquianos, en cualquier escenario geográfico, constituyen una forma de cultura. Son manifestaciones que trasmiten el pensamiento, ideas y sentimientos de un importante sector urbano; vale decir, de la gente involucrada en el quehacer intelectual. El Departamento de Puno, tiene una larga tradición de publicaciones. En ellas encontramos hechos, acontecimientos, inquietudes y anhelos que se publican en libros, revistas y periódicos. Mariano Paz Soldán, en su catálogo del periodismo provinciano, clasifica en Puno, una docena de voceros escritos que aparecen con regularidad, desde el año 1837 a 1870. El editor de “Boletín Titikaka”, y Director de “Voz Obrera” Eduardo Fournier, da a conocer la existencia de 26 periódicos que se editaban hasta la década del 40, del siglo pasado, sin contar las revistas eventuales o folletos, que panorámicamente, constituyen la versión gráfica de una etapa de la historia y la vida del periodismo en Puno.
Con la reapertura de la Universidad Técnica del Altiplano, indiscutiblemente, en alguna medida, se acrecienta la actividad literaria, se publican nuevos libros y revistas, boletines y hojas informativas que trasmiten petitorios o protestas de movimientos políticos que, luego serán material de trabajo para el Diario “Los Andes” “El Eco de Puno” o las dos o tres Emisoras Radiales, que en ese entonces, propalaban “programas culturales” o sus llamados “Periódicos del Aire”. Y en un determinado momento, orientaban la vida social y cultural de esta Ciudad Capital; y cada uno de ellos, lejos de ser simples noticiarios, tenían el espacio de opinión, que constituye formalmente, la línea de cualquier órgano informativo.
En ese contexto, se inscriben revistas de mucho valor literario, o periódicos de publicación eventual, diseñando la vida cultural y social de la ciudad. Y al margen de la Revista del Instituto Americano de Arte, donde encontramos en forma pormenorizada, todo el proceso del desarrollo de las actividades culturales de Puno, está “APUMARKA”. Revista de Arte y Literatura que acentúa la idea de integración del pensamiento de los hombres y mujeres que exhiben sus trabajos literarios, donde la narrativa, la poesía, el ensayo o la investigación, se ha expuesto sin tapujos, con respeto a la libertad de expresión y pensamiento de cada uno de los articulistas; que a fin de cuentas, son dueños de lo que piensan y publican, para el tamiz de lo que se llama la opinión pública.
“APUMARKA” en su segunda etapa, tiene como responsables, al “Grupo Sur de Escritores Andinos”. Aparece, con un nuevo equipo de colaboradores que publican ensayo, crítica, narrativa, poesía y reseña de libros o revistas. Su dirección, continúa a cargo del Escritor Jorge Flores Äybar. Durante sus esporádicas apariciones, se exhibe una variedad de temas originales, respeto a los autores que exponen su personal punto de vista, como aporte de su trabajo intelectual; y por consiguiente, una visión panorámica de los distintos números de la Revista “Apumarka” nos permite afirmar que ha sido en nuestro medio; el vocero de una propuesta de liberad de pensamiento, abierto a todos los horizontes, de las jornadas intelectuales contemporáneas de Puno, donde la aventura de escribir con opinión o la utopía de pergeñar cuentos o poesía, está expuesto al análisis o la crítica sincera; y también, al obeso criterio de los “Sancho panzas mentales”, que en todo escrito buscan los errores y defectos; antes que las cualidades, para volcar su ponzoña destructiva. .
Pocas son las Revistas de difusión cultural de provincias, que tienen el formato y presentación de “Apumarka” que por determinación de su Director Jorge Flores, llega al número doce, que a la fecha, está en circulación. En su página Editorial, se destaca la fraternidad mantenida con colaboradores de ideologías distintas. El recate de “ideas que se convirtieron en una propuesta ideo-estética”. Su “contribución al desarrollo de la literatura púnela y andina en general”. El “plantearse una nueva periodízación de la literatura peruana a la luz de nuestra historia”. Y finalmente, agradece a cada uno de sus colaboradores, manifestando que la Revista ha llegado al “Fin de su Proyecto”.
De esta manera “Apumarka”; queda, como el testimonio de una etapa vigente de la vida cultural de Puno. La versión impresa que destaca, lo más importante de los encuentros literarios que ocurren en el país. El rescate de lo que significa en la literatura peruana el movimiento del Grupo “Orkopata” y el homenaje imprescindible a los mas grandes intelectuales de esta parte del Perú, como José Antonio Encinas, Emilio Romero, Federico More, entre la constelación de luminarias pensantes que guarda Puno en su vitrina. Al mismo tiempo cabe destacar, en forma panorámica; que “Apumarka”, tiene como propuesta la vigencia de una literatura andina. Propuesta, por su puesto polémica, en un país andino, secular, basto, rico, multifacético en lenguas y costumbres, con sus marcados y tradicionales círculos literarios manejados sempiternamente desde la Capital de la República,
Empero, si Lima es el tamiz para que los provincianos den su salto al extranjero; es también, el foco de una visión centralista frente al intelectual provinciano, que no radica, y no pertenece a sus contados círculos chamuscados de vanidad, merodeando como moscas, el prestigio o la fama de los “escritores estrella” generalmente inmersos dentro la cultura occidental, que lamentablemente, niega o rechaza la existencia de una Literatura Andina, a partir de Ciro Alegría o José María Arguedas, y toda una legión de escritores que a través de su obra, han asumido la propuesta, que está perfectamente definida en los doce ejemplares de “Apumarka”.
Si alguna comparación se nos viene a la memoria. Basta citar “SIETECULEBRAS” que en la ciudad de Cuzco marca ya más de una década de perseverancia en esta difícil tarea, con la dirección del prestigioso escritor Mario Guevara. Se diría, que ambas publicaciones, son los voceros representativos del pensamiento vivo en la actividad cultural de esta parte del Perú.
Finalmente, es de esperar que la Revista “Apumarka” quede para el archivo bibliográfico, o los directivos del “Grupo Sur de Escritores Andinos”, asuma la responsabilidad de una segunda etapa de publicaciones; y al margen de ello, lo que cabe en esta reseña periodística, es felicitar a sus editores por su tarea cumplida al servicio de la cultura de nuestro pueblo.
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