Johan Page
Johann Page, en la otra orilla

Por Carlos M. Sotomayor
Fuente: Expreso, Lima 30/01/05

Insulares, sin duda, los casos de aquellos que transitan las misteriosas aguas de la literatura fantástica. En medio de la estepa realista de nuestra tradición, resulta una suerte de aire fresco en un día caluroso la aparición de narradores como Johann Page, quien acaba de presentar su ópera prima Los puertos extremos (Estruendomudo, 2004). Sobre su libro, el género fantástico y la inexistencia de una crítica sistematizada, Page conversa con EXPRESO, en el lugar más apropiado para hacerlo: una librería.
 
–¿Dónde te ubicas respecto a nuestra tradición literaria?
En un inicio, al confeccionar mis cuentos, pensé estar alejándome de una tradición más que acercándome a alguna ya propuesta en la narrativa peruana. Sin embargo, con gran gusto –y tranquilidad– noté que existen últimamente propuestas distintas en las cuales he podido reflejarme. Un escritor fantástico no puede esperar mucho con respecto a su ubicación en una tradición literaria, no obstante, que este escritor se vea flanqueado y sostenido por algunas voces más –en apenas un breve período– que comparten una misma tónica y ansiedad por la narrativa fantástica, produce un efecto parecido a la duda o la sospecha; inclusive al malentendido. Mi ubicación con respecto a la tradición literaria peruana es la del que camina por la vereda auxiliar de la literatura: en un medio en el que la literatura “realista” ha sido la más producida y escrita –leída sería decir demasiado– la opción por la literatura fantástica no sólo es tangencial, esquiva y para más de uno escapista; es también un medio de intentar una renovación, un nuevo aire que insufle algún tipo de impulso en nuestra literatura.

–¿Qué opinas del rótulo de generación? ¿Te sientes cercano o lejano a la tuya?
Las llamadas generaciones son sólo una muestra de desidia de parte de los clasificadores. Sólo el aburrimiento o el afán taxonómico pueden llevar a alguien a establecer dichos “vínculos”. Personalmente, cuando me aburro, prefiero un buen paseo o jugar con mi perra a lanzar la bola y que me la devuelva. Sin embargo, algo en sus movimientos de ida y de vuelta mientras se muerde la cola me remiten de pronto, aunque no quiera, a aquellos tristes taxonomistas.

–¿Qué te lleva a incursionar en la literatura fantástica, situación no muy frecuente en nuestras letras?
En mi caso, la opción por la literatura fantástica proviene de un acercamiento a lecturas de ese tipo, pero más que ello, a una serie de sensaciones e intuiciones que sólo he podido expresar a través de la escritura. Estas sensaciones se aproximan más a lo que algunas religiones orientales propugnan, pero a mí me gusta pensar más en una suerte de conexión, o mejor dicho, desconexión: una especie de apertura al hecho inentendible, inexplicable; pero que esta apertura no se produzca con violencia, sino con calma, resignación, incluso placer.

–¿De dónde viene esa prosa lírica que aparece por muchos momentos en las narraciones?
Probablemente por mis lecturas de poesía, que confieso no han sido muchas, pero lo son. El lenguaje de Eielson, la prosa de Arreola y Cortázar me han proporcionado mucho en ese sentido. Creo que existen historias cuyo contenido exige un lenguaje y estructura que la prosa singular no permite. Por ello la opción por la prosa poética.

–¿Cuáles son los autores que te han marcado?
Sin duda, Kafka, Monterroso, Arreola, Cortázar, Felisberto Hernández. Y algunos más que seguro he de olvidar por alguna razón. Lo que hemos leído y olvidado también nos influencia.

–¿Por qué Page como personaje?
Eso surgió, para qué negarlo, luego de leer los libros anteriores de Estruendomudo. La idea me pareció interesante, pero desde luego quise intentar aproximar el recurso –bastante común, por cierto– a mi propia opción y temática. Creo que resultó algo muy personal. Es también una forma de mirarse a uno mismo, supongo.

–¿Qué opinas de la crítica literaria en el Perú?
Opinaría algo si la hubiera. Intentos esporádicos de algunos intelectuales y otros miopes con voz en los medios no es una crítica literaria; no sistemática, regular, consciente de sus posibilidades y actualizada. Sin embargo, es importante que existan en los medios también voces que apoyen y promuevan la literatura, al margen de las opiniones.

–¿Qué es para ti la literatura, por qué seguir apostando por ella en un mundo como el actual?
Porque tenemos al arte para no morir de la verdad. Porque, como dijo Ribeyro, sólo hay cosas que se pueden comprender cuando las hemos escrito. Quiero intentar comprender, a pesar de que no valga mucho lo que se descubre. La vida es más que los libros, pero en los libros también está la vida, a su manera.

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