Por Pedro Escribano
Fuente: La República, Lima 13/02/06
El Cusco ha sido conocido más como tierra de poetas que de narradores, sobre todo marcado por la voz tronante de Luis “Cholo” Nieto. Sin embargo, el tiempo ha cambiado esta realidad literaria, sobre todo a partir de los años 80. Mario Pantoja, profesor y crítico literario, acaba de publicar Halcones y serpientes. El cuento cusqueño del siglo XX, con él intenta probar que la narrativa en esta parte del Perú empieza a florecer.
–¿Qué te llevó a preparar la antología del cuento cusqueño?
–Me llevó el tener en mente el libro Cuentos Limeños de Luis Fernando Vidal y el Deseo ardiente, como el de Elfriede Jelinek, de reunir en un volumen la narrativa corta de autores cusqueños, escrita en toda la extensión del siglo XX. Aun cuando descubrí que no era tan nutrida.
–¿Acaso con el afán de decir que no solo en Lima, sino también en provincias se cuecen cuentos?
–No, no fue ese mi afán , sino el de mostrar reunidas las historias cortas tejidas a lo largo de cien años, en este espacio del país de gran importancia por su pasado histórico. Ahí está La Florida del Inca, los Comentarios Reales y la primera novela peruana El Padre Horán.
–¿Qué rasgos distintivos tiene el cuento cusqueño?
–El rasgo esencial es el sello cultural andino en gran número de cuentos antologados, entendido éste como la recurrencia al mito y a la magia, es decir a lo real maravilloso, compaginados en los discursos de cada texto de ficción. Además la reelaboración de la anécdota de corte histórico en los cuentos de Avendaño, Rosas Paravicino y de Nieto Degregori.
–¿El cuento es un género de desarrollo lento en el Cusco?
–Sí, pese a los antecedentes de la narrativa en las obras mencionadas del Inca Garcilaso de la Vega, felizmente a partir de la década del 80, este tipo de desarrollo del cuento en el Cusco se viene apurando.
–¿Podemos hablar de un punto de quiebre en el cuento cusqueño, con Guevara y Nieto, que ofrecen miradas sobre Cusco moderno?
–En realidad el punto de quiebre en el cuento cusqueño se produce todavía con Rubén Sueldo Guevara, en los textos de ambiente urbano que conforman Ciudad Cotidiana. También con Sing Song de Alfonso la Torre.
La propuesta cusqueña
–¿En Cusco quiénes serían los escritores telúricos (para usar un término vargasllosiano?
–Ninguno de los escritores cusqueños que figuran en Halcones y Serpientes, serían ‘telúricos’ en el sentido cabal de este vocablo. Casi todos entretejen historias rurales y urbanas en distintos espacios. Los otros, caso Nieto y Guevara, recrean solo temas urbanos.
–¿Crees que el brichero hoy por hoy es el personaje más notorio de la cuentística cusqueña?
–Sí, a partir de la publicación de Fuego del Sur, en 1990, donde aparece el cuento “Cazador de Gringas” de Guevara Paredes, dando lugar al reconocimiento del ‘brichero’: ese personaje que se desenvuelve en esta ciudad cosmopolita buscando con gran entusiasmo a turistas gringas para pasarla bien una o varias noches, tener romance y salir del país en busca de mejor destino. Habiendo sido llevado al cine, este personaje, a través del cuento.
Perfil
Nombre. Mario Pantoja. Cusco, 1947.
Ocupación. Publica en la Revista Andina Sieteculebras. Actualmente es catedrático de Lingüística en la U. San Antonio Abad, en Cusco.
Publicaciones. Papel de viento (1988). Los actos semejantes (1999). Ballet de verano (1999) y Piedra sobre piedra: Poesía cusqueña contemporánea (2000).