Por Segundo Montoya Huamaní
Fuente: Librosperuanos.com
Mayo, 2016
“El poder ciudadano” es un libro excepcional porque en su narrativa logra articular con naturalidad y brillantez cuatro virtudes maestras, a saber: 1) el rigor de la propuesta académica de un economista y filósofo profesional de larga trayectoria, 2) la experticia en gestión cultural como alto funcionario y Jefe de Políticas Culturales de la UNESCO, París (2002-2009), 3) la comunicación ágil, atractiva y, sobre todo, apasionada de un convencido militante del “cognitariado” como principal categoría social en pleno siglo XXI (antes, en el siglo XIX con Marx, “proletariado”) y, por último, 4) la necesidad de crear lenguajes nuevos y satisfactorios para decir la cosas de manera adecuada y formalmente correcta. Las cuatro virtudes del texto al combinarse advierten otro nuevo aporte teórico-práctico de prolongado aliento e indesmayable trabajo cerebral; pues Edgar Montiel es un “hombre pensante y operante” que enseña con el ejemplo. Por eso nos preguntamos de qué otro modo se puede elevar El Poder de la cultura y Pensar un mundo durable para todos ─a propósito de sus dos libros anteriores, publicados el 2010 por el FCE y el 2014 por la UNESCO y la UNMSM, respectivamente─ Creemos que a través de sus investigaciones valiosas y audaces a las que ya nos tiene acostumbrado con la misma dedicación e ímpetu de ser no solo un “artesano de las ideas”, sino más bien un auténtico “intelectual orgánico”2 en la dramática era planetaria3 o post-industrial.
No exageramos al afirmar que su libro se inscribe en la tradición utópica o ilustrada de los grandes “manifiestos” franceses y alemanes ─haciendo a un lado las distancias temporales, espaciales y las motivaciones políticas del caso─ como por ejemplo el Manifiesto comunista de 1948, escrito por Carlos Marx; pues Montiel “niega” e invierte a Marx, como Marx lo hizo con Hegel, naturalmente, bajo otras claves hermenéuticas, esto es: el proletariado dejó de ser “el sujeto de la historia”, ahora lo es, con toda justicia el “cognitariado” del mundo, uníos. Pero no en un sentido teleológico y mesiánico, sino, por el contrario basado en un prudente realismo político y científico. El libro reúne en conjunto una sobria y cálida nota a cargo de Gustavo Pastor ─Doctorante de L’ Ecole des Hautes Estudes des Sciences Sociales, Paris─, una impecable introducción a cargo del autor, seis breves capítulos, un apéndice donde se reproduce el discurso de bienvenida del profesor Rubén Quiroz Ávila y un registro fotográfico a cargo de Olivier Montiel. La introducción se titula “Interrogar el porvenir”. En ella encontramos un elocuente sumario de los tópicos que vertebran el libro, por ejemplo: el descubrimiento del “cognitariado” como principal categoría social, otrora el proletariado de linaje marxista; y, con ella, la emergencia de una asombrosa fuerza productiva basada en la “economía del saber”; además la imperiosa necesidad de rehabilitar la política peruana de la improvisación crónica y nefasta a través de la vieja fórmula de talante platónica o ilustrada de los franceses─ y no por ello desacertada─ “los sabios al poder”.
Es decir, forjar “una clase dirigente de excelencia, bien formada en las Ciencias de Gobierno, experimentada, creativa, sabia en sus decisiones y moral en su proceder” (p.20). El primer capítulo se titula Conceptuar la nación “Perú”, donde explora y documenta con citas la genealogía del concepto Perú. y sostiene que “el Inca Garcilaso ha anticipado, pronosticado, este escenario global e intercultural” (p.26). El segundo capítulo se titula “Repensar la Independencia y la República”. De entrada se afirma que la rebelión de la independencia de las colonias y la revolución Francesa impuso una nueva agenda: la soberanía de la naciones, la República y los derechos Humanos, son portadores de las principales ideas-fuerza de la modernidad política. El tercer capítulo se titula “Intelectuales y artistas producen sociedad”. Se afirma que con el Inca Garcilaso, Huamán Poma y los cronistas se funda una tradición de hermeneutas, que continuarían otros en la Independencia y la República. Asimismo, en cuanto a las figuras intelectuales de comienzos del siglo XX, le dedica unas líneas a José Carlos Mariátegui ya que representa, entre otras cosas, un momento lúcido de la tradición hermenéutica en el Perú.
En la década de los 60 y 70 en el Perú y en América Latina los debates giran en torno a la Dependencia de los países, lo cual “dio cuerpo en el Perú a esa corriente de ideas conocida como Filosofía de la Liberación, sustentada por augusto Salazar Bondy, quien junto al filósofo argentino Enrique Dussel animó esta filosofía en el continente.”(p.39) Sin embargo, recordemos que para David Sobrevilla, Augusto Salazar Bondy “tuvo un papel protagónico en la gestación del movimiento liberacionista.”4 (1971). El cuarto capítulos se titula “El cognitariado, creadores en la economía y la política”. Se reflexiona sobre la emergencia del cognitariado como consecuencia de la vertiginosa transformación de los modos de producción y las demandas del mercado laboral que busca un nuevo perfil de trabajador no solo de fábricas, y empresas, sino también del Estado. En el Perú el cognitariado lo conforman los intelectuales que exploran, piensan e interpretan la sociedad, sus retos y aspiraciones. El quinto capítulo se titula “La universidad y los nuevos retos del Perú”. Es aquí donde se reproduce el discurso memorable y programático de Edgar Montiel como profesor honorario de San Marcos. Comienza interrogándose: ¿Qué hacer para que San Marcos y las universidades peruanas retomen la honrosa misión intelectual en la gobernanza institucional de nuestro país? Luego expresa su agradecimiento y compromiso: “…acepto con señalada gratitud, y habituado como estoy por formación y profesión a pensar y actuar, permítame señor Rector, que junto a estas reflexiones iniciales efectúe una Propuesta de Trabajo a realizarse desde San Marcos, a cuya ejecución ofrezco desde ya nuestra cooperación.” (p.65). También, cuestiona el hecho de que el Estado no haya creado una Política Pública de la Memoria y “…no incorporan los intangibles de la Historia y la Cultura a la canasta básica de la conciencia ciudadana…” (p.66). A continuación, divide en tres ejes su propuesta de trabajo académico: 1) la necesidad de estudiar, ─bajo un enfoque intercultural─ la influencia en el exterior de intelectuales indígenas como el Inca Garcilaso de la Vega, Guamán Poma de Ayala, etcétera. Asimismo, saber qué autores influyeron en Garcilaso. 2) Recomienda crear un Premio Nacional de Ensayo anual para jóvenes menores de 30 años. 3) Recomienda que San Marcos funde la Escuela Nacional de Gobierno (ENGO) de donde egresen promociones de administradores públicos al servicio de la nación, de ese modo San Marcos podría logra mayor incidencia en el destino del país. Por último, agrade a las autoridades de la UNMSM por tan valioso reconocimiento. El sexto capítulo se titula “El mandato de la Ciudadanía”. Mensaje confidencial al Soberano. Exhorta a los ciudadanos y ciudadanas a tomar conciencia de su papel en los destinos del Perú, pues ellos son el principio u origen del poder soberano y legítimo; por eso deben tener un criterio ineludible de selección-elección de candidatos basados en la experiencia acumulada. Ahora nos corresponde, por último, reseñar el apéndice que contiene el “Discurso de bienvenida del profesor Rubén Quiroz Ávila” (p.115-120) al profesor honorario Edgar Montiel. En el discurso se destaca su evolución intelectual, su notable talento ensayístico, sus innumerables viajes por el mundo, su pasión sanmarquina, su formación intelectual bajo magisterio de Francisco Miró Quesada, Augusto Salazar Bondy, Leopoldo Zea, entre otros; el hecho de ser un reconocido garcilasista, su experiencia en la gestión de políticas culturales en la UNESCO, su tesis sobre el poder transformador de la cultura y, para terminar, su equilibro moral, nobleza y generosidad inquebrantable, hacen de él un digno representante del cognitariado peruano y mundial.
Notas
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1 Para Gramsci, la categoría de “intelectuales orgánicos” es producida por todo grupo o sector social, cuya función es dar homogeneidad y conciencia en el campo económico, social y político. Véase: A. Gramsci, Los intelectuales y la organización de la cultura, B. Aires, Ed. Nueva Visión, 1972, p. 9-27.
2 Véase: Edgar Morín, “Pensar un mundo durable para todos”, en Edgar Montiel (editor y coordinador) Pensar un mundo durable para todos, Lima-Guatemala: Fondo editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la UNESCO. 2014, p.17-30.
3 Véase Actas del Congreso sobre Augusto Salazar Bondy (2014). Rubén Quiroz Ávila (editor y compilador), p.15-16.
Miguel Angel Chuquihuaccha Calderon. bachiller en filosofía por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, investigador para la revista de filosofía iberoamericana SOLAR, miembro del grupo de estudios peruanos y latinoamericanos Pedro Zulen, coautor de dos libros: En torno a Pedro Zulen (2013) y Repesando a Augusto Salazar Bondy (2015).