Francisco Miró Quesada Cantuarias
Paco y el enigma de la razón

Por Gustavo Flores Quelopana
Fuente: Librosperuanos.com
Junio, 2019

El justo homenaje a un pensador es pensar su legado intelectual. La muerte arrebata la vida física pero no se puede llevar a las ideas que sobreviven a su guadaña. Francisco Miroquesada Cantuarias ha dejado de existir (1918-2019). Un derrame cerebral fue el detonante. Llevó una vida extraordinaria dedicada a comprender el funcionamiento de la razón humana. En este sentido podría pensarse que acaba de desaparecer el paladín del racionalismo peruano. Veamos hasta qué punto esto es cierto.
 
Ahora bien, existen dos serios excesos y peligros: excluir la razón –fideísmo- y no admitir más que la razón –racionalismo-. Pascal decía que si se somete todo a la razón la vida humana pierde todo lo misterioso y sobrenatural. La religión se extingue. Y si se ofende a los principios de la razón, nuestra religión será absurda y ridícula. Lo cual resulta indiferente y normal a nuestra era secular, arreligiosa y antimetafísica.
 
Pero Paco –como cariñosamente le decían sus amigos- aún cuando sostenía que su teoría de la razón sólo se refiere al nivel lógico matemático, nunca se opuso a que una teoría general de la razón rebasara el nivel formal y abordara el nivel real. Lo cual no realizó y por ello nunca dio a conocer su versión definitiva. Pero no se cansaba de subrayar que sólo existe una razón que se manifiesta de diversas maneras. Y por ello admitió que no era ateo sino panteísta. Le faltaba la fe en la religión revelada pero no la fe de la religión natural y racional. Su Dios idea es filosófico, no ama ni puede ser amado. No responde y sólo ofrece una fria visión de las esencias. Se trata del Ser, la unidad descubierta por la inteligencia. Pero con esta unidad comienza el delirio de la deificación humana. Delirio que llega a su madurez con el regnum hominis de la modernidad secular y escéptica. Paco no descubre la religión como lo sagrado, sino como la idea filosófica del Ser. En cambio la piedad es la relación del hombre con lo divino. Con el racionalismo la piedad quedó convertida en una virtud del ser humano. La sociedad secular hizo de la Nada la última aparición de lo sagrado, que engaña al hombre con su ausencia de límites, lo convierte en un proyecto de ser, hacia el superhombre. Pero el superhombre es el acecho del demonio. Paco era un hombre de buen corazón, generoso y justo que batalló en la fundamentación humanista de la razón y contribuyó con el regnum hominis de la modernidad secular y escéptica.
 
Su otro gran proyecto de madurez era fundamentar la praxis revolucionaria al margen de la dialéctica, lo que lo llevó al reformismo infecundo. Miroquesada a diferencia de Salazar no toma en cuenta las condiciones materiales que condicionan a la filosofía, ni fue crítico con el magisterio de la filosofía occidental –fue eurocéntrico- y en él la teoría no tiene ninguna conexión con la praxis. Por ello Sobrevilla tildó su postura de híbrido.
 
Pero volviendo al tema central de la razón que lo obsedió hasta el fin de sus días, se ratificó en la opinión de que la proliferación de los sistemas lógicos heterodoxos no afectaban a la unidad interna de la razón. Defendió la persistencia de un núcleo de principios comunes invariables. Así afirmó: “La razón tiene una estructura básica que se manifiesta en sus diversos dinamismos. Cuando capta una nueva región de objetos capta, asimismo, el tipo de lógica que debe utilizar para estudiar teóricamente dicha región. Lógica y ontología se imbrican mutuamente”. O sea, aceptaba que había lógicas inmutables sin por ello afirmar el esencialismo ni la metafísica. Tuvo el gran acierto de considerar que la lógica está relacionada con la ontología, porque pensaba que cada universo exige una lógica especial y constituye una lógica natural. Entonces por qué no incluyó el universo de la religión revelada con su propia lógica especial. Por su acendrada convicción en el ideal griego de una vida racional y por su falta de fe en lo sobrenatural. Para Paco el hombre antes que un capax dei es un capax ratio. Pero con ello no se sobrepasa el humanismo profano y se emascula el vínculo que tiene la razón con el misterio y lo sobrenatural.
 
Esto nos lleva hacia la advertencia de no confundir las condiciones necesarias de logicidad con las condiciones ontológicas suficientes de la razón. La razón y la realidad no coinciden, de lo contrario sólo imperaría el sentido unívoco. Tampoco se oponen, de contrario imperaría el sentido equívoco. Razón y realidad son isomórficos, por ello el sentido es analógico. Y por ende el enigma de la razón persiste juno al enigma de la realidad. ¡Gracias Paco! por habernos hecho coincidir contigo reparando en que la razón se manifiesta de diversas maneras, pero también discrepando en que esas maneras no tienen que colisionar ni excluir a la religión ni restringirse al sentido eurocéntrico. El enigma más sugestivo de la razón es que tiene que convivir con el misterio. ¡Brindemos por ello!
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