Por Roberto Ochoa
Fuente: La República, Lima 8 de agosto de 2013
http://www.larepublica.pe/08-08-2013/el-rostro-indio-del-padre-marzal
Desde las nieves eternas del nevado Ausangate hasta los barrios hispanos de Nueva York, pasando por las calles del centro de Lima, el Taitacha Qoyllur Ritti no solo convoca uno de los mayores peregrinajes del mundo en las alturas de Quispicanchis, en Cusco, sino que su sagrada imagen ha gestado su propio peregrinaje siguiendo la diáspora de cusqueños.
Sincretismo, religiosidad andina, teología indígena, globalización... son algunas de las variables que logran explicar esta ruta mística del Taitacha Qoyllur Ritti, y fue precisamente Manuel Marzal Fuentes S.J. –más conocido como el “padre Marzal”– quien identificó esa sucesión y mezcla de creencias que hacen tan propia y original a la religiosidad latinoamericana.
El padre Marzal fue teólogo, misionero, filósofo, antropólogo indigenista y, por sobre todo, un maestro que marcó un antes y un después en la enseñanza universitaria.
Será por eso que el libro en homenaje al Padre Marzal convocó a la crema y nata de investigadores peruanos y extranjeros. La obra, titulada Los rostros de la tierra encantada, editada por José Sánchez Paredes y Marco Curátola Petrocchi (IFEA y la PUCP), está dividida en cinco partes: desde la vida y obra del Padre Marzal, hasta ensayos e investigaciones sobre religiosidad popular, evangelización y sincretismo religioso, ética, teología y pastoral, y la religión en el antiguo Perú.
Una verdadera joya bibliográfica que nos recuerda los libros del padre Marzal (de lectura obligada para entender al mundo andino), hasta su propio peregrinaje personal. Desde que abandonó su natal Badajoz, en España, hasta sus investigaciones en México, Ecuador, Brasil y Perú, donde forjó un renacimiento en las investigaciones antropológicas con una base teológica jesuita.
El libro presenta además todo un recorrido por la espiritualidad andina. Incluye investigaciones arqueológicas que dieron nuevas luces para entender la religiosidad desde el periodo formativo, el culto al “oráculo” Pachacámac (deidad íntimamente vinculada a los terremotos) y la iconografía pétrea y textil de lo sobrenatural en el antiguo Perú.
Mención aparte merece el ensayo de Arturo de la Torre, titulado El Zapatero Mesiánico. Hagiografía de Ezequiel Ataucusi; y el de Teófilo Altamirano y Javier Ávila Molero: Qoyllur Ritti Transnacional: un Culto Andino. En ambos casos se analizan y revelan detalles inéditos de dos tipos de religiosidad “Marca Perú”, únicos en su género y profundamente sincréticos.
El padre Marzal buscó a Dios en la profundidad de los socavones mineros y en las alturas de los nevados andinos. Identificó el rostro indio de Dios en las multitudinarias procesiones, en las festividades populares y en las sacrificadas peregrinaciones. Vio su rostro cubierto de arena del desierto, bajo las lluvias del fin del mundo o congeladas en los páramos altoandinos. Esa es una forma de ver al Perú.