Por Carlos M. Sotomayor
Fuente: Correo, Lima 07/09/05
En un país en donde se suele practicar, con exacerbado rigor, el arte del olvido, no resulta extraño que nadie, o casi nadie, haya reparado en el centenario del nacimiento del escritor peruano José Diez-Canseco (1904-1949), cumplido (mas no celebrado) el año pasado. Tamaño desliz ha sido, sin embargo, saldado con creces: el Rectorado de la PUCP ha publicado -dentro de la colección Obras esenciales- su Narrativa completa, dos tomos acuciosamente trabajados por Valentino Gianuzzi.
A pesar de iniciarse como un precoz poeta, obnubilado por los resplandecientes efectos sonoros de la versificación, Diez-Canseco cambiaría rápidamente sus orientaciones estéticas. Su mayor talento estaba, pues, destinado ineludiblemente a la narrativa. Fundamental sería, entonces, la lectura de las prosas poéticas del francés Charles Baudelaire.
Si bien sus primeros cuentos no ocultan para nada la impronta modernista (el deleite por la palabra, la búsqueda del adjetivo preciosista), sí evidencian, como lo acota con acierto Gianuzzi, ciertos rasgos de la vanguardia.
Otra característica importante de su obra narrativa, oteándola en su conjunto, es la dualidad de registro. Por un lado, podemos ver aquellos relatos que transitan por los predios de la burguesía. Por otro, aquellos que retratan la violencia y el lenguaje propios de la calle. ¿Precursor del realismo urbano? ¿Influencia iniciática de Reynoso, Congrains o Gálvez Ronceros? Podría ser. Lo que sí es cierto es que se trata de un irrefutable antecedente.
Incluso, si repasamos su célebre novela Duque, podríamos decir, sin ánimos de ser sacrílegos, que No se lo digas a nadie, del inefable Jaime Bayly, le es tributaria. Ambas abordan el tema de la homosexualidad. Una de las diferencias sería el lenguaje disímil de cada autor: la cincelada prosa de Diez-Canseco frente a la tan sólo eficiente de nuestro ex enfant terrible.
Otros, por el contrario, vinculan a Diez-Canseco con Alfredo Bryce, encontrando similitudes con Un mundo para Julius. El autor de Duque recrea con facilidad el mundo burgués peruano, pues también formó parte de él, antes de autoexiliarse, sumido en una licenciosa vida colmada de bohemia criolla.
Quienes lo conocieron aseguran que era un conversador de fuste, además de buen amigo. Muchos lamentarían su temprana partida.
Más datos
Publicada en dos tomos, la Narrativa completa de José Diez-Canseco contiene sus tres novelas (dos de ellas póstumas), su único libro de relatos y todas sus narraciones dispersas. Las obras forman parte de la serie Obras esenciales, que dirige Ricardo Silva Santistevan.