Por Ernesto Carlín Gereda
Fuente: El Peruano, Lima 17/08/07
César de María (Lima, 1960) es uno de los dramaturgos peruanos más destacados de la actualidad. El año pasado, su obra Superpopper logró el primer lugar del cuarto Festival Internacional de Teatro Peruano-Norteamericano. Esta pieza, junto al drama El último barco también de su autoría, acaba de ser publicada por el sello Solar.
Dedicado desde hace veinte años en paralelo al teatro y a la publicidad, nos comentó sobre su vocación y proyectos.
Usted decía antes que de la publicidad come y del teatro vive. ¿Sigue siendo verdad?
–No, ya no es tan verdad. No hubiera durado más de veinte años en este negocio si fuera cierto. Lo que siento es que ese espíritu cínico me era útil para ser publicista hace diez años, ahora me separaría demasiado de mi chamba. Pareciera como que da asco hacer las cosas, y no es así. Además, la publicidad se ha vuelto cada vez más apasionante.
¿Cómo conjuga su trabajo en publicidad con su vocación por el teatro?
–La publicidad toma muchas horas, trato de robarme todas las que puedo, pero aún así... Nunca escribo en la oficina, por ejemplo. Ahora que soy papá, el teatro se me ha relegado a tercer plano. Pero como trabajo mis piezas con fichas, surge un momento en que necesito sentarme a concretar lo que he soñado. Entonces, pido vacaciones en la oficina.
¿Cuál es la necesidad de publicar obras de teatro?
–La ventaja de editar teatro es que permite una relación con las obras diferentes de verlas. Los textos de teatro actuales tienen la ventaja que no son tan técnicos como eran antes. Ya no hay tantas explicaciones densas, lo que hace que las obras sean más fáciles de digerir. Es como leer un cuento. En cambio, los guiones de cine sí son inaccesibles para un lector cualquiera.
¿Cree que el teatro peruano refleja la realidad del país?
–Sí, considero que hay un reflejo de lo que está pasando en nuestro teatro. Se demorará un poco más a comparación con otros países, pero igual está allí. Por ejemplo, a la literatura le tomó mucho hablar de Sendero y de la guerra civil. En cambio, en el teatro antes que agarren a Abimael ya estaba tocando el tema. Había obras de César Bravo, Miguel Ángel Pimentel, de varios dramaturgos peruanos sobre inseguridad ciudadana y terrorismo. El teatro es un arte del presente, que se vive.
¿En qué actividad se siente más cómodo? ¿Escribiendo o dirigiendo obras?
–Escribiendo. Para mí, escribir es como soñar. Montar una obra es como realizar un sueño. Resulta bastante más difícil.
Dato
Salida de emergencia, primer título sobre teatro que lanza la editorial Solar, lo conforman dos obras de César de María: Superpopper y El último barco.
5 claves sobre César de María
1.- Se inició en el teatro en el taller Los Grillos de Sara Joffré a los 16 años.
2.- Está leyendo a dramaturgos “brutalistas” europeos de los años 90, como Sarah Kane, además de literatura infantil.
3.- Es en la actualidad asistente de dirección de la obra Amiguitas, en funciones de mañana y pasado en el teatro Británico.
4.- Se encuentra escribiendo una obra para niños sobre la solidaridad y otra acerca de la identidad para adultos.
5.- La tragedia del Fokker de Alianza Lima, sobre la que se inspiró para su pieza El último barco, afectó a su familia, pues en el avión viajaba su cuñado como tesorero del club.