Por Gonzalo Pajares Cruzado
Fuente: Peru21, Lima 05/03/07
Pasó cuatro años investigando la vida de Víctor Raúl Haya de la Torre y de las mujeres de su entorno. Producto de este trabajo, María Luz Díaz acaba de publicar Las mujeres de Haya (Planeta), un libro en donde el líder aprista aparece como lo que fue: un ser humano con grandes virtudes y muchos defectos.
¿Siente polémico el título de su libro?
Las mujeres de Haya huele a heterosexualidad. Sin embargo, lo que hago es un perfil de las mujeres que han estado cerca del líder aprista y que lo ayudaron en términos intelectuales, económicos y de asistencia social.
Empieza haciendo un perfil de Zoila, la madre de Haya. ¿Ella le forjó la personalidad?
Su madre le da su lado formal. Ella fue una mujer estricta y organizada: toda una matriarca. Como el padre se ausentaba seguido de la casa, Haya tuvo que aprender temprano a ser el hombre de la casa. Esto lo hace madurar y convertirse en un típico mandón pues, además, era el hijo mayor. Zoila le forjó el carácter porque ella era muy disciplinada. Eso se ve ahora en el Apra. Es decir, la famosa disciplina aprista tiene origen femenino.
Otro personaje importante en la vida de Haya fue Anita Billinghurst.
Ella fue la hija del presidente populista Guillermo Billinghurst. Algunos biógrafos sostienen que Anita 'se enamoró' de Víctor Raúl. Anita estaba cerca de él porque sentía que la ideología de su padre era parecida a la de Haya, y que este podía plasmar los sueños de Billinghurst. Ella fue la mecenas del Apra.
Entonces, ¿no hubo enamoramiento?
No. Uno, desde afuera, podría haber sospechado eso por la cercanía y la preocupación que mostraba Anita por Haya. Ella siempre lo vio como un amigo al que había que ayudar.
¿Ha descubierto alguna historia de amor en la vida de Haya?
He descubierto leyendas amorosas, las cuales desmitifico. Por ejemplo, Guillermo Throndike desliza que Anita buscó a Víctor Raúl en Berlín, en 1929, para decirle que su novio le había pedido matrimonio, esperando que reaccione y le declarase su amor. Esto no es cierto: el marido de Anita murió en 1926.
Haya es un Dios para los apristas.
Lo es. Yo respeto al Apra. Es el partido más antiguo y consolidado. Pero, en mi libro, van a conocer al otro Víctor Raúl: más humano, con virtudes y con muchos defectos. He descubierto a un ser de carne y hueso, alejándolo de su aura mítica.
¿Cómo era Haya con las mujeres?
Muy galante, hasta cucufato, porque pensaba que el lugar de las mujeres era la casa. Por ejemplo, en mi libro hay un perfil de su prima Marcela Pinillos, quien fue una de las primeras mujeres en subir a un podio a agitar las masas. Eso estaba prohibido en aquella época, pero Haya lo permitió. Sin embargo, cuando ella le comunicó que iba a casarse, Haya le dijo que tenía que dejar la política. Simplemente, la castró.
Quizás Haya, como la Iglesia, quería dedicación exclusiva al partido, lo que no es posible con una familia.
Es cierto, pero esa regla solo la aplicaba a las mujeres. Seoane, Cox y Sánchez, por ejemplo, tuvieron hijos y familia. Sin embargo, a ellos no les cortó la carrera política. Creo que Haya era machista. El Apra es un partido sexista porque Haya lo fue. No reconoce a la figura femenina. Solo tiene una mujer como líder: Mercedes Cabanillas.
Toño Angulo fue atacado por algunos apristas, quienes vieron en una crónica suya una insinuación 'agraviante' sobre la sexualidad de Haya.
No era mi tema. Si fue homosexual no era relevante para mi trabajo. En estas reacciones veo morbo. Yo le dije a Angulo que, hoy, es muy difícil probar la homosexualidad de Haya. Buscar una prueba de alcoba es imposible.