Carlos Calderón Fajardo, escritor
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Fuente: El Peruano, Lima 22/09/08
http://www.elperuano.com.pe/edc/2008/09/22/personaje.asp
Escribir sobre París no es algo del todo desconocido para Carlos Calderón Fajardo (Juliaca, 1946). Todo lo contrario. Como él mismo afirma, sus patrias literarias son el Perú, Austria y Francia. O quizás sea el mar, como lo demostró en el cuadernillo de Playas, publicado por la colección Underwood.
Lo concreto es que Calderón Fajardo sigue adelante en cuanto a publicaciones se refiere. Con el sello Copé, acaba de lanzar el tríptico La noche humana, sugestivo título para un conjunto de relatos ambientados en París, con protagonistas peruanos, pero de distintas épocas.
“En Francia viví una buena cantidad de años y me consolidé como escritor. Conocí a Julio Ramón Ribeyro, Cortázar y Donoso. También me vinculé con la generación del 50. Entre ellos, supe de la bailarina Helba Huara, el mundo que ella representaba y que conoció a Vallejo personalmente. Habían sido jóvenes en la época en que Vallejo era joven y se reunían en la casa de Désirée Liewen, una rusa donde todos los peruanos cayeron hasta la década de 1980", recuerda el escritor.
Esta época, de plena efervescencia artística y literaria, se complementa con lo ocurrido en la década de 1970, cuando Calderón Fajardo se encuentra con sus coetáneos. "Elqui Burgos, Armando Rojas, Miguel Gutiérrez Sousa, los hermanos Rosas, Óscar Málaga y Carmen Ollé pasaron por París en esos años. Todos vivíamos a salto de mata y creo que eso nos caracteriza, desde Vallejo hasta Burgos."
Las remembranzas de esta época configuran los argumentos de La noche humana. En la primera parte, La oreja del éxtasis, se narra las peripecias de los peruanos en el París de entreguerras. Gonzalo More –amante de la escritora Anais Nïn y "encarnación dionisiaca"– y Helba Huara son los personajes centrales de esta mirada a una de los períodos más brillantes del siglo XX, recreado con mucha soltura por el narrador. También circulan el Calato –mimesis del peruano que vive a salto de mata en París– y la enigmática Miluska Ginzburg (Milú).
Obsesiones y fantasmas
El recuerdo de esta época se vuelve una obsesión para los peruanos que recaen posteriormente en la Ciudad Luz y eso ocurre en las siguientes partes: Los movimientos del silencio y Vidas interrumpidas, cuyos protagonistas son los escritores Antonio Salas y Carrasco F., respectivamente.
"Antonio Salas es un escritor que piensa novelar a Helba Huara y Milú. Salas juega con su pareja Yvonne, que no es Milú, pero él la ve como tal. La identidad de esta mujer es un fantasma que abarca toda la novela, hasta el punto de obsesionarse por el fantasma. Algo similar ocurre con Carrasco F. Aunque se trate del personaje más ficcional de toda la novela, todos terminan siendo como la comparsa de este fantasma."
Todo es susceptible al paso del tiempo. "En qué momento perdimos esa brillantez, esa creatividad", reflexiona en voz alta el novelista. La noche humana es un tributo, en clave elegiaca, a la vida misma, esa hermosa estrella fugaz.
Datos
César Vallejo, Julio Ramón Ribeyro, Henry Miller y Lawrence Durrell también aparecen brevemente en pasajes de La noche humana.
Carlos Calderón Fajardo es autor de libros como La conciencia del límite último, La conciencia de la plenitud, El huevo de la iguana, La última visita de William Burroughs, Historias de verdugos, entre otros.
El escritor elogia la vitalidad de Gonzalo More. “Fue luminotécnico de Antonin Artaud, amante de Anais Nin, amigo íntimo de Henry Miller, personaje de la novela de Durrell, amigo de Picasso y uña y carne de Vallejo, de los surrealistas y comunistas.”
También se especula sobre el destino de la peruana Miluska Ginzburg, que –según testimonio de Enrique Peña Barrenechea (citado por Calderón Fajardo)– sí existió.