Marco Curatola Petrocchi
Las voces de dios

Por Jorge Paredes
Fuente: El Comercio, Lima 01/06/08
http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2008-06-01/las-voces-dios.html

Se acaba de publicar Adivinación y oráculos en el mundo andino antiguo, un volumen, editado por Marco Curatola y Mariusz Ziólkowski, que explica, sobre todo, el papel político que cumplieron las Huacas en tiempos prehispánicos. Conversamos con Marco Curatola, quien también dirige la colección estudios andinos del fondo editorial de la PUCP.

Tradicionalmente los oráculos andinos han sido vistos como centros de adoración, sin embargo aquí se los muestra como instrumentos políticos, ¿cómo explica esta función de los oráculos?
-En general, creo, lo novedoso del libro ha sido mostrar la importancia de los oráculos, que fueron una institución vertebral del sistema político, social, económico y, por supuesto, religioso andino. Fueron lo que el gran sociólogo francés Marcel Mauss llamaba un fenómeno social total. De esta múltiple función, la primera era la de legitimación del poder en una sociedad ágrafa, tal como la conocemos nosotros. Es decir, nosotros tenemos leyes, textos sagrados, códigos que de alguna manera norman nuestra vida, y los respetamos en la medida que son objetivos. Pero, cómo hacían los andinos para legitimar las decisiones subjetivas. El oráculo tenía esta función. El inca iba donde el padre Sol y le preguntaba lo que debía hacer, entonces ya no era su decisión, sino la del dios y todo el mundo debía respetarla. Esta función es muy importante. Cito el caso de Pachacútec. Algunos cronistas, como Betanzos y otros, cuentan cómo después de haber derrotado a los chancas Pachacútec no toma inmediatamente el poder, sino manda a consultar al oráculo, ubicado en el templo del Sol, si debía ser el nuevo inca. Y solo cuando el oráculo lo confirma, este toma el mando. Es decir, legitima su poder. Otra función de estos santuarios fue la de acopiar información. Cuando los peregrinos llegaban a los santuarios se confesaban con los sacerdotes, y les contaban si habían sido leales o no al inca. Con esta información, los oráculos podían prever posibles rebeliones y sabían lo que pensaban las diferentes etnias.

¿Cómo se producía este diálogo entre el oráculo y el sacerdote?
-Los oráculos andinos son producto y expresión de una sociedad muy compleja. Un oráculo era un santuario con sacerdotes. Que haya una casta sacerdotal significaba que alguien la mantenía y la necesitaba al mismo tiempo. Eran intermediarios. No es que la divinidad hablara a cualquiera, tanto que todos los sitios oraculares eran de acceso muy restringido. Encima del oráculo de Pachacámac había un aposento oscuro, donde solo entraba el sacerdote; en Catequil había una cámara reservada, donde ingresaban los sacerdotes de más alto rango. Ellos hablaban con el oráculo. ¿Cómo hablaban? En sueños, en estados alterados por alucinógenos o a veces eran poseídos por la divinidad. Esta es una creencia absolutamente compartida. Acaso no se dice que Dios le hablaba a Moisés. Un dios que no hablaba era un dios sin poder; una huaca que no hablaba o era hostil o ya no servía.

¿Esto explica por qué algunas huacas perdían prestigio con el tiempo y eran reemplazadas por otras?
-Había una fiesta anual llamada Capacocha, donde el inca reunía a las huacas más importantes del Tahuantinsuyo, con sus sacerdotes, y les pedía que hagan predicciones para el año venidero. Uno detrás de otro, los sacerdotes daban sus respuestas. Al año siguiente, el inca premiaba con recursos, beneficios, a las huacas que habían acertado, y esto lo hacía frente a todo el pueblo del Cusco, es decir la huaca ganaba prestigio. Pero si no había acertado, no le daba nada. En el fondo era un plan estratégico porque obligaba a las etnias a actuar en función de los buenos augurios de sus huacas y del imperio. En el libro también hay un articulo de John Topic que muestra la otra cara, es decir la importancia de estos centros en materia religiosa, pero no hay que olvidar que entonces lo religioso se mezclaba con lo político, lo mágico y lo económico.

¿Se puede relacionar la creencia en las huacas con ciertas manifestaciones religiosas actuales como las cruces en los cerros, los Cristos en las montañas, etc.?
-Las manifestaciones religiosas están siempre relacionadas con el tipo de sociedad en la cual operan. Es decir, si hay un cambio en el tipo de sociedad, también habrá un cambio en las manifestaciones religiosas. Por eso los grandes oráculos andinos, Pachacámac, Titicaca, Catequil, Huarivilca, desaparecen cuando se destruye el imperio que los sustentaba y los necesitaba. Sin embargo, permanecen, y esto lo hace ver el libro, pequeños oráculos ligados a la vida comunitaria hasta los siglos XVII y XVIII. En este tiempo se desarrollaron muchas formas sincréticas de culto. Hubo una reinterpretación. El ejemplo clásico es que se siguió adorando a los cerros, pero llamándolos San Pedro, San Pablo, etc. Yo creo que esta nueva religiosidad es parte de la creatividad del pueblo andino que ha demostrado siempre tener una extraordinaria capacidad para asimilar cosas, manteniendo elementos esenciales de su cultura.

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