Bethoven Medina Sánchez es un poeta insular no solo en calidad estética, sino en originalidad  y talento creador. Ahora ocurre que, enfrentado a la realidad física, espiritual y cultural, que funciona como referente motivador e inspirador, responde con una poética  diversa y plural que se resuelve en la unidad y en una sinfonía orquestada en una arquitectura lingüística y literaria incomparable y cimera.
 

En efecto, con el manejo de una sintaxis que quiebra el orden lógico convencional, su voz es la de un enunciador emocionado y estremecido que unas veces describe; otras, narra; otras, expone su propio pensar y sentir con una voz que termina por incorporarnos a todos,  de manera que el poeta se convierte en una especie de intérprete, mensajero y heraldo del conjunto humano y social.

Estructuralmente, su poemario está construido en siete estancias: Siete días de la creación del universo, Siete notas musicales, Siete días de la semana, Siete cuerpos del hombre, Siete palabras de Jesucristo, Siete colores del arco iris y Siete ensayos de la realidad. Cada estancia, a su vez, se compone de siete poemas, cada uno de los cuales consta de tres estrofas. El resultado es un conjunto arquitectónico simétrico, orgánico y unitario, sostenido en una numerología que el autor va explicando, reflexionando y monologando a partir de una sensibilidad excepcional y personal. 

Con este nuevo libro el escritor ratifica el encumbrado nivel al que ha llegado en la poesía peruana contemporánea. La concepción del texto, la estructura de la composición, el magistral empleo lingüístico, la creación estética, revelan, una vez más, a un creador cuya sensibilidad y capacidad artística se sustentan en una rica y vasta cultura general y ecuménica, cuyo saber universal incorpora también lo cotidiano y local. Es el poeta absorto y maravillado ante la pluralidad, diversidad y armonía del universo.
 

No puedo afirmar que el libro sea esotérico o para iniciados, pero el manejo de una estructura numerológica y la innegable atmósfera cabalística se resuelven en una interpretación original y excepcional que demandan una rica, vasta y profunda cultura general; y que no solo el poeta, sino también el receptor, deben poseer un esmerado y adecuado nivel de conocimiento, a partir del cual el poeta propaga en voz alta sus ideas, convicciones y concepciones, lo cual reafirma las cuestiones relacionadas con las funciones primordiales de la literatura, a partir de su naturaleza artística intrínseca y primordial: ser medio de conocimiento, de revelación psicológica, de expresión biográfica, etc., entre todas las cuales, el poeta de “Exodo a las siete estaciones” prioriza o ve el mundo desde la perspectiva de la primera función.
 

En conclusión, con su nuevo libro, Bethoven ratifica el elevado sitial que ocupa con creces en la poesía peruana a través de una larga, intensa y fructífera producción.