Por Carlota Yauri
Fuente: Librosperuanos.com
Diciembre, 2015
“Estrellita y la custodia del brazalete” (Ornitorrinco, 2015), es el título de la continuación de “Estrellita y la búsqueda del dorado”; de por sí es un título sugerente y atrayente para el lector. Estrellita, es un nombre delicado y bonito para una niña que en este caso es la valiente protagonista de una emocionante aventura junto a sus buenos amigos Feliciano y Caled.
Julio Recoba ha logrado el objetivo principal de todo escritor: atrapar al lector desde la primera página. Sembrar en él la avidez por querer saber qué más va a suceder en el relato. Su narrativa ágil y lenguaje sencillo logran una fácil comunicación con el público juvenil. Abrimos el libro y nos sumergimos en un maravilloso viaje a través de la lectura en el que la imaginación trabaja sin cesar; y esto sucede porque es una historia fantástica cargada de simbolismos, y descifrarlos es un verdadero placer, pues la realidad y la ficción, así como también el pasado y el presente, caminan tomados de la mano.
Julio Recoba ha partido de un capítulo de nuestra historia: la conquista del Perú por Francisco Pizarro. Si bien en esta segunda parte no aparece la presencia física del conquistador, esta se ve reflejada en la ambición de Federachas, el tío de Estrellita y su pareja Danayra, quienes consiguen arrebatarle a la niña el brazalete de oro que celosamente guardaba en un bolso tejido por su abuela. Y no solo en este punto, sino también en la explotación y el maltrato que sufre Estrellita a manos de su tío Federachas y su pareja, quienes no la envían al colegio y la obligan a realizar labores domésticas, tal como podemos apreciar en una de las páginas del libro: “Tus obligaciones serán limpiar la casa, cocinar y tener lista la comida cuando estemos de vuelta del trabajo”. Por otra parte, la abuela de Estrellita ha sido víctima de maltrato a la tercera edad a manos de esta pareja de delincuentes. “A la abuela la sacaron con engaños. Y ella empezó a pedir limosna…”.
Estrellita guarda un brazalete de oro, en este objeto queda simbolizada la riqueza de nuestro país que en el pasado nos fue hurtado y en el presente sigue siendo la codicia de manos extranjeras, tal como se aprecia casi al final de la lectura en el personaje de Simón Ruples, un falso francés que mediante engaños a Estrellita y sus amigos también quiere quedarse con el brazalete.
La abuela de Estrellita es un personaje querido e importante en la vida de la protagonista. Una abuelita que supo alimentar el alma de Estrellita a través de la lectura: “…Estrellita recordaba que todos los relatos que conocía se los había contado su abuela…”. Los personajes Feliciano y Caled nos muestran la cruda realidad de muchos niños y adolescentes que por diversos motivos tienen que salir a la calle a ganarse la vida lavando autos, haciendo malabarismo en los cambios de luz del semáforo, o cantando en los ómnibus, exponiéndose a diversos peligros en lugar de estudiar en el colegio: “Caled era un muchacho de trece años que vivía en las calles haciendo malabares con unos pequeños bastones de colores fosforescentes. Algunas veces pedía limosna y comida…”. Las únicas labores que deben hacer los niños son jugar y estudiar, pero lamentablemente esto no ocurre siempre.
Finalmente la unión, la inocencia de Estrellita y sus amigos Feliciano y Caled, logran vencer a la ambición, la injusticia, y el abuso, y de este modo Estrellita logra recuperar su brazalete y los malhechores son atrapados por la policía. Cuando esto sucede el ambiente en casa de Estrellita se transforma y los gatos de la abuela que constantemente hacían huecos en la tierra logran sacer algo que la abuela había ocultado para su adorada nieta.
De este modo, Julio Recoba nos deja en suspenso, alimentando nuestra curiosidad, nuestras ansias por saber si se trata de algún tesoro. Y esto lo sabremos sin duda en la próxima entrega de esta emocionante saga.