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Fuente: Diario 16, 10/08/12
http://diario16.pe/noticia/18189-no-escribo-para-gustarle-a-nadie-solo-mato-mis-propios-demonios
Esa Lima entrañable de la década de los 80 y 90 es el escenario perfecto para una pintura magistral de la narrativa urbana contemporánea. Se trata de “Cabos Sueltos”, la opera prima del joven escritor, educador y sociólogo Jean Pierre Bravo Zapata. Su obra abarca catorce cuentos que nos relatan el devenir de esa capital en crecimiento y el Miraflores pituco de aquella época. Con personajes que tienen en su sangre tanto de inga como de mandinga, y que tuvieron que enfrentar los coches bomba, los apagones, la hiperinflación, el racismo hipócrita limeño, amores y fracasos en las grises calles de nuestra ciudad.
“Es un grupo de relatos con tinte urbano con diferentes escenarios donde básicamente los personajes tratan de encontrar su propia voz, en una época de pensamiento y también de violencia. Esa era la década de los 80 y 90”, recuerda Bravo Zapata. Un escritor de peso que ha obtenido varios premios y menciones honrosas en concursos internacionales, entre ellos “Platero 2010” organizado por el Club del Libro Español de las Naciones Unidas y el “Ángel Gavinet” de la Organización de Países Amigos en Finlandia.
El autor de “Cabos Sueltos” asegura que su obra es un grito de reclamo, de impotencia y desesperanza de los jóvenes que crecieron entre los gobiernos de Alan García y Fujimori, y que tenían una visión nefasta de lo que era Lima y de lo que era el Perú. “Era una época en que se discutía más, se polemizaba, los jóvenes teníamos una tendencia de exponer nuestras ideas y eso era una reacción ante la violencia y arbitrariedad, ese querer ser escuchados. Para muchos nuestro país caminaba hacia la desintegración total, y mira ahora donde nos encontramos”, recuerda.
Cuentos como “207”, “La caída”, “Perro” y “Toyota”, por mencionar solo algunos de los catorce, nos trasladan a parajes en donde la descripción tan pulcra de los espacios y los protagonistas nos devuelve a la realidad para entender que la Lima de esos años sigue siendo la misma Lima de ahora.
Una magia de la narrativa contemporánea de la pluma de Jean Pierre Bravo Zapata. “Yo no escribo para gustarle a nadie. Solo mato mis propios demonios”, finaliza.
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