Por Manuel Eráusquin
Fuente: Correo, Lima 01/03/09
http://www.correoperu.com.pe/lima_nota.php?id=83948&ed=14
La mirada de la historia prehispánica y colonial tiene en Guaman Poma de Ayala la visión de lo mítico y simbólico. El antropólogo Juan Ossio, en su libro En busca del orden perdido (Fondo Editorial de la PUCP, 2008), persigue despejar las dudas sobre el tipo de información que recibieron los cronistas españoles de informantes como Guaman Poma de Ayala, gente formada en perspectivas donde los mitos marcan el derrotero de la vida, no la ciencia de la historia.
Correo: La llegada de los españoles significó no solamente una invasión de tipo militar para el incanato, fue un cataclismo de consideraciones cósmicas para ellos.
Juan Ossio: Así es, pero el sentimiento de invasores fue algo que empezó a calar poco a poco. En un primer momento, algunos grupos se acercaron para dar su colaboración y buscar ser liberados de los incas. Por ejemplo, los huancas colaboraron e incluso fueron recompensados no repartiendo sus territorios entre los españoles.
Por eso una de las áreas que no tuvo mayores encomiendas fue prácticamente la zona del Valle del Mantaro. Pero el sentimiento de que se estaba gestando el rompimiento de un orden, fue cuando comenzaron a ver que sus patrones de comportamiento se resquebrajaban, cuando sus patrones sociales se quebraban y toda su forma de vida cambió. Su mundo había dejado de existir.
C: Y es ahí que la visión del cataclismo se manifiesta…
JO: El sentimiento de rompimiento de un orden va cuajando cuando comenzaron a ver que esta presencia de agentes foráneos había traído un mar de calamidades a la población indígena y este sentimiento fue expandiéndose. Y la visión que posee Guaman Poma de Ayala de la conquista, fue de un cataclismo y esa es una visión compartida por muchos otros indígenas. Hay muchos informantes de los españoles que en cierta manera transmitieron ese mismo sentimiento. Y es que habían sucumbido a una dominación que había puesto el mundo al revés. Es más, un movimiento mesiánico que se desarrolla por 1564, el movimiento de Taqui Oncoy, decía que el mundo se había invertido, que se había transformado en un estado de caos.
C: Ahora, el rol de Felipe Guaman Poma de Ayala como intérprete de dos mundo es muy importante.
JO: Guaman Poma de Ayala era un personaje que posiblemente por haber sido descendiente de una familia de kipukamayos, aprendió la técnica de comunicación europea rápidamente. En ese sentido, los españoles se dieron cuenta de que era un hombre talentoso y se fijaron en él. Por ejemplo, Murúa se fija en él como colaborador para hacer sus crónicas.
C: Pero Guaman Poma de Ayala era de la idea de restablecer el orden ancestral, los españoles tenían que irse.
JO: Guaman Poma de Ayala interpreta el contexto que vivían como una situación cósmica, como que se ha producido un gran cataclismo y el mundo se ha invertido. Y la única manera para que este cosmos restablezca su orden es dirigirse a un principio metafísico, que es el principio ordenador. Ese principio ordenador es el rey de España. Y es que Guaman Poma de Ayala no ve al rey de España como un político, lo ve como un personaje metafísico, una especie de inca, un monarca divino que posee la capacidad de ordenar todo nuevamente, ya sea a nivel social como cósmico. En ese sentido, la visión de Guaman Poma de Ayala no es una visión propiamente histórica, es una visión que está provista de paradigmas, de arquetipos y corresponde a un pensamiento mítico.
C: Entonces, ¿la historia tendría que ser revisada, pues los cronistas españoles escribieron a base de la información de gente como Guaman Poma de Ayala?
JO: Claro, porque el español no tenía la capacidad de ser un antropólogo y de ponerse en la perspectiva del indígena. Ellos registraban en sus crónicas a la manera europea pero no llegaban a ponerse en la perspectiva del actor social que les estaba dando la información. Y lo que he querido hacer es tomar a Guaman Poma de Ayala como un representante de esos informantes para saber en qué perspectiva estos indígenas transmitían la información. Y claro, lo que transmitían ellos a los españoles era una realidad de corte mítico, no tanto una realidad de corte histórico. En consecuencia, si la realidad posee un corte mítico, tenemos que revisar completamente la información que nos han presentado los cronistas sobre la historia de los incas.