Los reinos de este mundo

Por Jorge Paredes
Fuente: El Dominical, suplemento de El Comercio, Lima 04/01/09
http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2009-01-04/los-reinos-este-mundo.html

"Perú indígena". Bajo este título, Luis Millones presenta un libro que recorre el imaginario del hombre andino desde antes de la conquista hasta nuestros días. El volumen, publicado por el fondo editorial del congreso, destaca la visión de los propios indígenas sobre sí mismos.

Como sucedió en otras grandes civilizaciones antiguas, en los Andes centrales el hombre también tuvo que estructurar todo un pensamiento mítico para explicar su presencia en esta parte del mundo, entender su geografía y darle sentido a su existencia. ¿Cómo se gestó esta mentalidad? ¿De qué manera estas ideas fueron trastrocadas desde el siglo XVI hacia delante y de qué forma pueden servirnos de base para entender el presente? En este libro, formado por tres ensayos independientes, el antropólogo Luis Millones traza una especie de genealogía de este pensamiento en un intento por entender al ser indígena en su totalidad, tanto a partir de los aportes de la etnohistoria como a través de la manera en que el indio ha sido mirado (o ignorado) por los distintos grupos de poder en la época republicana. Y, lo más importante, tomando como base los pocos documentos oriundos dejados por los propios conquistados.

Estos tres ensayos ("Dioses y demonios en los Andes", "Ser indígena en el Perú" y "Las miradas y las historias que no se encuentran") nos hablan en síntesis de un diálogo imposible, de un desconocimiento del otro que ha marcado gran parte de nuestra vida como nación y cómo desde el prejuicio o el absoluto cliché racial (incluso científico, como sucedió a lo largo de los siglos XVIII y XIX) se ha ido gestando una imagen negativa del indio, al punto de que hoy este no se siente ni siquiera representado --como afirma Millones--, en la palabra "indígena", como sí sucede en Ecuador y Bolivia, o en el término "campesino", que se quiso imponer en el último tercio del siglo XX.

El autor utiliza entre sus fuentes el "Manuscrito de Huarochirí", un conjunto de tradiciones quechuas que data del siglo XVII, de gran valor para entender la mentalidad prehispánica.

En su interpretación, Millones resalta la importancia de lo religioso en las sociedades primigenias, como parte de un pensamiento que a la vez era saber político y científico para dominar la geografía, domesticar las plantas y expandir la agricultura y la ganadería en condiciones adversas. Una concepción que sería alterada --pero no abolida del todo-- con la llegada del hombre europeo.

El libro pone como ejemplo a la comunidad de Carhua-hurán, ubicada en Huanta (Ayacucho), sobre los 3.800 metros de altura. En este lugar, afectado por múltiples despojos desde tiempos antiguos, sobrevive en la memoria de los pobladores el supay huasi (casa del diablo), una caverna a donde van a sufrir tormento los gobernadores injustos, los jueces de paz libidinosos, los hacendados inhumanos, los brujos que hacen daño, los proxenetas, abigeos y asesinos. Un suplicio del que los condenados pueden salir solo si sus descendientes compensan las faltas cometidas.

Al final de la guerra contra el terrorismo, el pueblo quedó sin párroco ni iglesia. Y nadie se molestó en reconstruirla. Hoy no se consideran católicos, sino de una iglesia pentecostal, aunque mantienen vigentes sus ritos ancestrales. Millones cuenta que en su último viaje les preguntó por el supay huasi y le dijeron que ya no existía, porque el infierno estaba allí abajo, en los cocales, donde la población es obligada a trabajar por unos cuantos centavos. La pobreza seguía siendo, después de todo, la mayor de las condenas.