Por Daniel Salvo
Fuente: http://www.elperuano.com.pe/edicion/noticia.aspx?key=4Goimu5IWj8=
Gigantes. Seres alados. Chamanes voladores en Paracas. Objetos que se rebelan contra sus creadores. Serpientes bicéfalas. Sirenas. Demonios. Seres fantásticos y sorprendentes que han surgido, no de la imaginación humana, sino de la atenta observación de Luis Enrique Tord (1942), historiador y doctor en Antropología, efectuada durante los numerosos viajes que sus actividades le han exigido, los cuales le han sido recompensados con un conocimiento que excede la mera recopilación de datos, y que ha dado origen a este título que, como pone en la contraportada, "elimina las fronteras entre la literatura, la arqueología y la historia".
Ya en sus anteriores entregas, Luis Enrique Tord ha dado muestras de tener una visión única del Perú, que no se contradice con la historiografía oficial ni con las disciplinas arqueológicas más formales, pero que bajo la forma de relatos y novelas, llevan al lector a preguntarse cuánto sabemos realmente de lo que llamamos el antiguo Perú, pregunta que se enfoca no tanto hacia la manera que tenían de vivir nuestros ancestros, sino en una más intrigante: ¿qué es lo que pensaban realmente? ¿Qué eran para ellos el mundo, la naturaleza, la existencia, el cosmos en suma? ¿A qué conclusiones arribaron, qué ideas elaboraron para explicar la existencia, qué anhelos los guiaban al iniciar un viaje o al tallar una piedra? ¿Cuál fue el verdadero resultado de la unión del pensamiento renacentista con las nociones de los amautas después de la conquista? ¿Sobrevivió, de alguna manera, algún tipo de filosofía oculta, un modo de pensar que acabó por hermanar, finalmente, a enemigos aparentemente irreconciliables?
Gracias a la recopilación de los extraordinarios seres esculpidos, dibujados, tejidos y tallados que transitan a través de este Bestiario celestial, los cuales son minuciosamente descritos por el autor, podemos entrever la extraordinaria capacidad e imaginación del hombre peruano al momento de elaborar esta cosmovisión, que al seguir viva en nosotros, con seguridad será un aporte para el desarrollo de nuevos campos del saber humano, y por supuesto, para la creación literaria.
Un bestiario, en épocas medievales, servía para ilustrar al lector respecto a la existencia y función en el plan de Dios de las criaturas y plantas que conformaban la creación. Quién sabe qué función cumplirán, en la mente del lector contemporáneo, los extraordinarios seres compendiados por Luis Enrique Tord.
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