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Fuente: ANDINA
http://www.andina.com.pe/Espanol/noticia-ayacuchano-samuel-cavero-aborda-universo-danzantes-tijeras-y-matanza-putis-393020.aspx
"Soy el danzak que nunca quiere morir", dice Marcelino Anhuamán el personaje de La agonía del Danzak, novela de 172 páginas con la que Samuel Cavero Galimidi logró el primer premio del Concurso Nacional de Novela César Vallejo, organizado por la Universidad de Ciencias y Humanidades.
Marcelino es un comunero ayacuchano, danzante de tijeras frustrado porque en alguna Navidad se voló un par de dedos y nunca llegará a ser tan bueno como sus amados dansaqs. A la vez, es uno de los pocos sobrevivientes de la matanza de Putis (1984): se salvó de niño y a lo largo de su vida ha buscado rescatar la memoria de su pueblo.
El personaje va hundido en sus reflexiones mientras camina desde su pueblo hacia la capital ayacuchana, mientras va hablando a su burrito, que responde al nombre de Opita.
"La novela es un homenaje a José María Arguedas", explica Cavero, narrador, sociólogo, periodista y educador ayacuchano, con una veintena de obras publicadas entre Australia y el Perú.
A Cavero le tomó un par de años "y muchas reelaboraciones" la escritura de esta novela que es, por un lado, un homenaje a la arguediana La Agonía del Rasu Ñiti y, por otro, a las víctimas, niños y mujeres, en su mayoría, de la masacre de Putis. Fue hasta el lugar y conoció del trabajo de la Asociación Paz y Esperanza.
Otra de las cualidades de la novela escrita en español y "brevísimas expresiones en quechua", es que inclusive aparece Sancho Panza, como homenaje del autor al Quijote, a Cervantes y al lenguaje del siglo XVII, "con mucho humor e ironía".
El autor puquiano explora el universo ayacuchano, su particular Macondo, y considera que su mirada sobre el universo de los años de violencia en esta región "es propueblo, prodesaparecidos, y que el mensaje final sea un canto a la paz".
Ahora, busca abordar un nuevo proyecto, una novela total sobre el espectro de Ayacucho, con todas sus provincias "y hablar de lo que realmente no han hablado los escritores, rescatando los excesos de las partes involucradas, inclusive de las rondas campesinas, todo lo que hace un abanico monstruoso que nos mostró el informe de la Comisión de la Verdad, con muertes cada una más patética que la anterior, superando la ficción".
Sobre los escritores limeños que han escrito en los últimos años tomando como telón de fondo a Ayacucho en sus años de violencia, dice: "No han conocido la violencia, pero hay quienes nos hemos jugado la suerte como militares, otros que escriben desde la cárcel o hay gente que en los Andes ha escrito desde distintas perspectivas, pero no tienen el respaldo de los grandes sellos editoriales, esa es la diferencia".
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