El vecino ilustre
Por Moisés Aylas Ortiz
Fuente: Variedades Nº 256, Lima 19/12/11
Barranco es el barrio cultural de Lima por excelencia, muchos personajes vivieron allí, como Manuel González Prada. Gonzalo Bulnes nos cuenta la historia del librepensador y poeta con el antiguo balneario limeño.
Barranco es un lugar que seduce a quien lo visita. Es un barrio de hermosas casonas, placitas y jardines que se muestran inalterables al paso del tiempo. Por su ambiente especial, muchos personajes se establecieron allí para disfrutar de sus paisajes.
Uno de ellos fue Manuel González Prada, una de las figuras más discutidas e influyentes de las letras y la política peruana a fines del siglo XIX y comienzos del XX. El ensayista vivió hasta en cuatro oportunidades en dicho balneario, revela Gonzalo Bulnes, quien publica su investigación en la revista Barranco, la ciudad de los molinos.
En este número especial dedicado al librepensador peruano, Bulnes nos presenta detalles poco conocidos de González Prada, fotografías inéditas –en una aparece al lado de Ricardo Palma, su más encarnizado rival–; y entrevistas que concedió a los entonces jóvenes José Carlos Mariátegui, Abraham Valdelomar, César Vallejo y Víctor Raúl Haya de la Torre.
Bulnes nos revela que la primera oportunidad en que González Prada se estableció en Barranco fue cuando era un joven limeño que gustaba pasar los veranos disfrutando del mar. En esa época (década de 1870), se hospedaba en la casa de Eduardo Lavergne.
"En las postrimerías de su juventud, solía disfrutar de los veranos barranquinos aprovechando las invitaciones de su gran amigo Eduardo Lavergne, destacado comerciante de origen francés que vivía en la calle Ayacucho", afirma Bulnes.
La segunda ocasión que vivió en Barranco fue en 1887, una fecha importante para el poeta limeño. Ese año se casa con Adriana de Verneuil y pasan su luna de miel en un rancho barranquino ubicado en la calle Olavide, en la actualidad avenida Bolognesi, esquina con la calle Manuel Segura. La casa ha sobrevivido al tiempo y conserva su construcción original gracias a la decisión de sus actuales propietarios.
Al poco tiempo, González Prada se muda a otro rancho, ubicado al lado de La Ermita. Desde este lugar, podía disfrutar de una hermosa vista del mar.
Luego de su estancia en Europa (1891-1898), el pensador anarquista retorna a Lima y se establece nuevamente en Barranco (1899) y se instala en un rancho ubicado en la Bajada a los Baños, a pocos metros del puente de Los Suspiros.
En este lugar, recibía a diversos personajes que llegaban para conocer a esta importante figura de la política y la cultura peruana, afirma Bulnes, y menciona entre ellos a Abelardo Gamarra.
"Quien no se perdía las tertulias literarias en casa de don Manuel era Abelardo Gamarra, a quien la mayoría de los asistentes solo lo conocían de nombre, mas no físicamente. Un día llegó el "Tunante" con su apariencia humilde, pero en tremendo contraste, el maestro González Prada al presentarlo al resto de sus amigos exclamó jubilosamente '¡Tengo el honor de presentar al señor don Abelardo M. Gamarra, honra y prez de las letras peruanas!'", apunta.
González Prada también le dedica elogios al barrio que lo acoge. Bulnes encuentra en los archivos históricos un artículo del maestro en el periódico Los parias, de enero de 1907, titulado El Barranco, donde expresa: "Cada vez que atravesamos las calles de esta risueña población nos vienen a la memoria los versos de Salvador Díaz Mirón: 'La flor en que se posan los insectos es rica de matiz y de perfume. Siendo el Barranco la flor de los balnearios limeños no podían dejar de acudir a él sacerdotes, monjas, beatos y beatas'".
Bulnes ha desarrollado una minuciosa investigación sobre González Prada. En la revista se publican las entrevistas que concedió a José Carlos Mariátegui, Abraham Valdelomar y César Vallejo; las impresiones de Víctor Raúl Haya de la Torre, que conversó en más de una oportunidad con el maestro.
También los discursos más famosos de González Prada, como el que ofreció en el teatro Politeama y en el teatro Olimpo; además de otros artículos sobre el ensayista firmados por Estuardo Núñez, Mariano Iberico, Guillermo Luna, entre otros.
Gonzalo Bulnes es un enamorado de Barranco, su barrio de toda la vida, y desde hace más de 35 años publicaba cada cierto tiempo su revista. El primer número apareció en 1974, cuando se cumplió el centenario de la creación política del distrito.
Reunir abundante material sobre Barranco lo animó a preparar otros números dedicados a personajes que vivieron en el balneario o tuvieron algún vínculo con este. Entre ellos figuran: Chabuca Granda, César Vallejo, José Carlos Mariátegui y otros. Un libro interesante con gran información.