Por Pedro Alberto Inocente Contreras
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“Lector, perdóname, yo soy un pobre hombre que,
en ratos de vanidad, quiere aparentar que sabe algo,
pero que en realidad no sabe nada”
AZORÌN: La Ruta de don Quijote
Siguiendo el impulso de la adhesión a las filas del pensamiento y al criterio de la verdad, realizaremos un análisis constructivo del libro de cuentos: “El cuarto enigmático y otras narraciones” que presentó en estos últimos días el joven literato huanuqueño, John Cuéllar.
En este sentido, desde una óptica filosófica procuraremos, durante nuestro comentario, actuar según el principio de la razón. Los diez cuentos de El cuarto enigmático y otras narraciones tiene mucha significatividad y pertinencia para cualquier lector, donde el autor pone en prueba sus cualidades imaginativas- creativas que expande la conciencia de los hombres. Ejemplo, en el primer cuento, cuando Albert, maneja el lema. “mayor es el peligro cuando menos es el conocimiento” nos indica indirectamente que, el conocimiento es el principio rector - fundamental de la vida humana, donde cita los libros de los filósofos clásicos: John Locke, quien sostiene: “dos tipos de cualidades: primarias (son reales, objetivas) secundarias (son productos de las sensaciones)” utilizando las ideas complejas como (modos, relaciones y sustancia). Esto digo; porque John Cuellar, relaciona la realidad y la imaginación con gran facilidad en sus diversos cuentos propuestos, ejemplo cuando afirma… “todo lo que estamos viviendo realmente no lo estamos viviendo”. Por esta razón, para superar las quimeras, hechos irreales o ensoñaciones, el filósofo René Descartes señala con autoridad: “no podemos considerar nada como verdad si no reconocemos claramente que lo es”. También, John Cuellar, utiliza una de las disciplinas filosóficas, “la metafísica” (va más allá de la realidad) cuando cita a Calderón de la Barca: “la vida es un sueño, pues a veces dudamos de lo que está pasando: si realmente lo estamos viviendo o si sólo es un sueño”, pero no debemos dudar de lo que estamos dudando, la duda es pensamiento.
De otro lado, su destreza narrativa, recrea y aflora las diversas concepciones respecto a la estética, ilusión, amor y desengaños, donde el autor del cuarto enigmático y otras narraciones, inconscientemente sigue la definición de la palabra belleza desde el pensamiento platónico: “la belleza es una idea, que se manifiesta en las cosas… que nos transporta más allá de la apariencia inmediata”. Por estas razones, sostengo: los diez cuentos de John Cuéllar tiene una alta dosis de relación entre filosofía y literatura. Esto decimos gracias a la opinión de los siguientes filósofos: Platón, purificar el alma, Aristóteles, liberar al ser humano de la ignorancia, Karl Popper, aborda problemas universales y Gabriel Marcel, formar conciencia lúcida. Además, podemos afirmar que, todos los hombres hacen filosofía – literatura, porque todo hombre desarrolla actitudes frente a la vida y la muerte. Debido a ello, la filosofía y la literatura: “nos enseña a pensar, a distinguir entre apariencia y verdad. Nos enseña que la fortuna, los bienes materiales, las riquezas, los honores, todo aquello por lo cual el hombre se des-vive, son solo juguetes que nos divierten, falsas máscaras del ser. Es decir, tanto la literatura y la filosofía tienen como visión humanizar a los hombres y este derrotero sigue el libro de John Cuellar.
Finalmente, quien ha escrito este comentario no es versado en crítica literaria, pero con el soporte teórico y los versos del poeta español, Antonio Machado, quien señaló: “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. Además escribo este artículo porque el libro de cuentos de John Cuellar es un “fármaco para las dolencias, como una medicina a las enfermedades del alma. Su finalidad es estrictamente terapéutica, su utilidad, devolvernos la salud”. Por todas estas razones, estimado lector, John Cuellar merece agradecimientos especiales.