Por Vanessa Herrera
Fuente: La República, Lima 25/04/10
http://www.larepublica.pe/archive/all/domingo/20100425/20/node/262786/todos/1558
“Fiestas. Calendario y Costumbres” es una nueva guía turística que recoge las fiestas populares que se celebran en el Perú. Esta obra resume los más de 500 mil kilómetros recorridos y cerca de 1000 potajes saboreados por su autora, la periodista Sonaly Tuesta. En esta entrevista hacemos un tour para conocer su humilde vida en Amazonas, sus clases en la Universidad de Lima, su trabajo de una década en el programa Costumbres y sus vivencias entre viaje y viaje.
“Nací en Lamud (Amazonas). A los 15 años mi papá me dijo que teníamos que ir a Lima para estudiar allá. Sin ningún plan nos instalamos en Puente Piedra. Estudié en la Universidad de Lima gracias a una beca. En 1996 me casé con Martín Alvarado y tengo dos hijos con él: Gabriel de 11 años y Santiago de 8 meses. Trabajé en dos diarios El Mundo y El Sol. Llegué a la televisión gracias al programa Costumbres, que se emitió por primera vez en UHF, luego me pasé a canal 7. Viajé a Cuba para estudiar documentales. Esta es la historia de mi vida… aquí comienza el recorrido”.
–¿Qué recuerdos guardas de tu infancia en la selva?
–Mi papá era profesor y trabajaba por todo Amazonas. Lo extrañaba mucho. Mi relación con él era cariñosa y académica. Me traía libros y siempre se preocupó por que yo aprendiera algo más. Por esa época, mi mamá buscaba que el dinero alcance para que nosotros comamos bien.
–¿Te sentiste marginada por tu condición social cuando estudiabas en la U. de Lima?
–Hay de todo, pero no me sentí discriminada. Yo me daba cuenta de que ellos manejaban otros códigos. Apenas terminaba la clase me iba a mi casa. No me ponía a conversar con nadie. Si tú no tienes plata, algo debes tener. Luego del primer ciclo, vi los cuadros de puntaje y me di cuenta de que ocupaba el sétimo puesto entre 3,000 alumnos. Ahí encontré mi fortaleza. Varios amigos me ayudaron en mi carrera, recuerdo a Toño. Yo no tenía plata para comprar papel fotográfico y él me decía: yo tengo una caja de papel fotográfico, toma lo que quieres, el país te necesita más a ti que a mí.
–En el libro “El secreto de los Sachapuyos” exploras tu lado poético…
–La poesía fue mi refugio, mi forma de afirmarme en la universidad. En un principio, yo prefería que no me pregunten de dónde soy ni dónde vivía. Fue un homenaje a mi familia, a mi pueblo.
Relatos de una periodista
–Tu vida transcurre entre viajes, ¿cómo distribuyes tu tiempo? ¿Eres madre y periodista? ¿Y trabajas con tu esposo?
–Difícil ¿no? Es complicado hacer el programa porque se mezclan las emociones, pero sé que cuando necesite llorar o escuchar una palabra de aliento va a estar Martín. Tenemos 14 años juntos. En cuanto a mi rol de madre, he llegado apurada a las actuaciones del colegio de mi hijo Gabriel, a veces no he podido llegar. Hago un mínimo de dos viajes por mes y en esos casos dejo todo organizado y a cargo de mi mamá.
–En tu guía rescatas las fiestas populares, ¿cuántos lugares has visitado para escribir este material?
–Cerca de 400. Nosotros hemos puesto en la publicidad de la guía: más de 1000 potajes probados, más de 500,000 kilómetros recorridos… y es verdad. Me ha tomado un año preparar este libro donde reúno la mayoría de fiestas a las cuales he ido. Esta publicación es mi versión de las fiestas populares, relacionadas generalmente a una imagen religiosa y a determinadas creencias: al cerro, al agua, al pago de la tierra. Esta obra es un reflejo de mi recorrido por el país desde hace 10 años.
–Dices que las fiestas devuelven a las personas la felicidad que la ciudad les niega. ¿Cuánto se conserva y se pierde en la capital?
–Las tradiciones se mantienen a través de las asociaciones, clubes departamentales y en ti mismo. Fernando Cajías, un investigador boliviano, habla del refugio de identidad, es decir, tú eres médico o periodista, pero regresas a tu pueblo y puedes participar en una morenada o un diablada, o puedes ser un llamerito (baile de Cora Cora); y si no puedes ir, te vas a las fiestas de la Carretera Central o el Cono Norte. Ahora lo provinciano está en boga. Se habla de la marinera, de la pachamanca, muchos quieren hacer turismo vivencial o ir a una fiesta regional.
–Si es como dices, ¿por qué crees que solo hay un programa de televisión a nivel nacional que rescata nuestra identidad?
–Somos el único programa que habla de la cultura viva. Tiempo de viaje (PlusTV), ha ido involucrándose con la gente. También tienes la aventura en Reportaje al Perú. A la gente le gusta mirarse y verse reflejada en la televisión. La mentalidad del televidente ha cambiado, quienes no han cambiado son los empresarios de televisoras comerciales. No les interesa apostar por este tipo de programas porque demandaría mucho esfuerzo y creatividad. Hace 10 años los peruanos creíamos que solo podía participar en televisión gente distinta a nosotros, esbelta, bella, que tenga una determinada estética y nosotros no cumplíamos con ese requisito. El tiempo ha demostrado lo contrario.
Diarios de un viaje
–Has participado de más de 500 fiestas regionales. Cuéntanos sobre una...
–Sí. Estuve en Andajes en la Fiesta del Agua (provincia de Oyón, Lima) donde hacen una competencia para ver quién llega primero hasta la represa de Antacocha. Al ver a los muchachos esforzándose para ganar, me percaté de lo importante que es para ellos su festividad. Los andajinos hacen una fiesta porque solo así pueden atraer el agua. Ellos la conducen a través de un canal de 11 kilómetros, la detienen con unas compuertas, y finalmente llega a la represa. Además usan una asalma (basurero artesanal tejido) que recoge la basura y van limpiando el agua. Así los lugareños tienen agua en el pueblo. Es una faena comunal, que refuerza lazos colectivos de pertenencia, y responsabilidad. Hacen rituales, cantan yaravíes, comen y disfrutan de la vida.
–¿Qué experiencias han puesto en peligro tu vida en estos 10 años viajando por el Perú?
–Yo no sé nadar y cuando estuve en Urumbamba tenía que cruzar el río Vilcanota y casi me ahogo, hubo un momento en que no sentía ningún piso y la corriente era muy fuerte. Me acuerdo que agarré de la mano a una chica y le dije: No me sueltes, por favor. Me llevé un buen susto.
Panorama electoral
–Elige uno de estos tres para la alcaldía: Lourdes, Kouri o Susana Villarán?
–Yo votaría por Susana Villarán. La conozco, es una persona amable y dulce. Alguien preguntó una vez ¿a cuál de ellos les dejarías a tus hijos? Los dejaría con ella. No se los daría a Lourdes porque sé que ni siquiera jugaría con ellos. Menos a Kouri porque de repente se entretiene en otro lado de forma caleta y los deja botados.
–La gestión de Alan García, ¿positiva o negativa?
–Quieres que me boten del canal (risas). Siempre se puede hacer más. Una lección para este gobierno y para la otros es que si algo debe primar es el respeto, no se hubieran dado situaciones tan escandalosas ni dramáticas durante este gobierno si se hubiese conversado. Bloquear las carreteras no es la manera correcta para exigir algo porque nadie tiene derecho a entorpecer la vida de otra gente, pero a veces es la única manera de ser escuchados. Hay dramas que han quedado marcados en mí y que me duelen como lo que sucedió con los aguarunas en el Baguazo, ninguna muerte es más importante que otra. Seremos un mejor país el día que tratemos de entendernos entre nosotros y escuchar al más pequeño.