Por Javier Agreda
Fuente: La República, Lima 12/05/08
http://www.larepublica.com.pe/content/view/220155/481/
Tras publicar un libro de relatos y una novela, el escritor Miguel Ildefonso (Lima, 1970), acaso el poeta más importante de la llamada generación del 90, vuelve a la lírica con el poemario Los desmoronamientos sinfónicos (Hipocampo, 2008). Se trata de un viejo proyecto suyo, más de un centenar de textos (que van desde unas pocas líneas hasta una página) que escribió en su época de estudiante universitario, pero que ha ido reformulando y depurando a lo largo del tiempo, radicalizando la propuesta original –la representación poética de la vida urbana limeña– y llevándola incluso más allá de sus límites.
Parte de esa radicalización es el abandono del verso, elemento por excelencia identificador de la poesía, y la eliminación de todo signo de puntuación, excepto precisamente el punto. Se deja también de lado la trama narrativa y las descripciones del paisaje urbano, presentes en todos los poemarios anteriores de Ildefonso. Es como si delegara esos elementos a sus novelas y cuentos para hacer una poesía más esencial y pura, basada casi exclusivamente en el poder de las imágenes, las palabras y las ideas. En varios textos se hace explícita esta arte poética: "...la poesía es un montaje de palabras imágenes rotas. Conceptos que se diluyen por agujeros de tristeza" ("Poesía entre los escombros").
Los poemas son, por eso, algo así como fragmentos del discurso de un hablante alucinado que se pasea por nuestra ciudad, traduciendo en creativas metáforas y símiles todo el caos, la miseria y la violencia que ve: "por el rímac las aves en las piedras atravesada la bala en el girasol mudas las ratas insaciables...". Un mundo en ruinas, o desmoronándose, pero que puede renacer a partir de la imaginación artística. De ahí las frecuentes alusiones a escritores y pintores: Martín Adán, Juan Ojeda, Víctor Humareda, Claude Monet, etc. Y también músicos, pues la sonoridad es aquí un principio ordenador y muchas imágenes nacen de asonancias y juegos de palabras.
El peligro de dejar que los poemas fluyan libremente, impulsados por su propia sensualidad, es que se puede llegar a una especie de "escritura automática" casi surrealista y que poco tiene que ver con la propuesta inicial de Ildefonso: "...la soledad el aullido ondulación de moluscos jadeantes...". Pero esos son detalles menores frente a los evidentes aciertos de Los desmoronamientos sinfónicos, un poemario que tal vez no sea el mejor de Miguel Ildefonso, pero seguramente sí el más arriesgado y original.