Por Tomacini Sinche López
Fuente: Expreso, Lima 05/07/08
http://www.expreso.com.pe/edicion/index.php?option=com_content&task=view&id=27226&Itemid=37
El sello Punto de Lectura acaba de reeditar su novela “El mundo sin Xóchitl”, la cual fue publicada por primera vez en el 2001.
–Antes que nada, quería preguntarle por su salud. A principios de año tuvo una emergencia que pudo ser algo más grave, ¿cómo se encuentra ahora?
Ese inconveniente de hace unos meses fue un desangrado que se agravó lamentablemente porque no fui atendido a tiempo, por suerte no pasó más allá de un gran susto. Lo que sí me causó una seria preocupación fue ver el pésimo estado en el que se encuentra la atención en los centros de salud pública. A mí se me terminó atendiendo por una serie de manejos administrativos de último momento, pero hay gente que no tiene esta suerte y que si le sucediera lo mismo que a mí, probablemente morirían. Pero ya todo pasó y ahora estoy bien por suerte.
–Hablemos de “El mundo sin Xóchitl”, ¿se puede decir que es una novela dostoievskiana o tolstoiana?
En mi libro “Celebración de la novela” postulo que hay dos maneras de contar una historia: una abierta al mundo (tolstoiana) y otra que es introspectiva (dostoievskiana). Y, además, menciono que me gustaría emplear los elementos tolstoianos, pero incorporando los mundos interiores dostoievskianos. Te voy a ser sincero, temperamentalmente me siento más cerca de Dostoievski, por afinidad emotiva y conceptual, pero creo que en todos mis trabajos novelísticos de alguna manera están presentes ambos autores y creo que “El mundo sin Xóchitl” amalgama ambos modos de narrar.
–¿Por qué tardó tanto en escribir esta novela sobre el amor incestuoso entre Wenceslao y Xóchitl?
Esta historia me estuvo dando vueltas en la cabeza por muchos años. En “El viejo saurio se retira” hay una mención breve, pero sólo era eso en ese momento. No me dediqué a esta novela porque sentía que era un tema difícil de manejar y no por inhibiciones morales o artísticas. Pero el tema ahí estaba. Tras unos cuarenta años, en 1997 el fotógrafo Julio Olavia volvió al Perú de su periplo suizo y me mostró una serie de fotografías de su nuevo trabajo. En esa serie había una foto en la que una púber, descalza y vestida de negro, llamó mi atención y fue así que empecé a retomar esa historia que terminaría siendo “El mundo sin Xóchitl”.
–¿Qué ha agregado o quitado en esta nueva edición?
Nada, solamente el prólogo que me pidió la editorial. No he corregido nada.
–¿Y qué proyectos tiene a futuro?
Este año van a publicarse dos ensayos míos: una revisión de “La generación del 50: un mundo dividido” y a fin de año una reestructuración de “Celebración de la novela”.
–Finalmente, se le critica por publicar con el Grupo Santillana, ¿por qué esta apertura de publicar con un sello internacional cuando siempre fue reticente hacia ello?
Sigo y seguiré publicando con sellos nacionales, pero debo reconocer que publicar en un sello como Punto de Lectura me permite llegar a otro público. De otra parte, económicamente me viene bien, ya que no soy una persona que tenga una fortuna y sólo tengo mi sueldo de cesante de profesor universitario. Además, mientras cualquier editorial respete mi línea de pensamiento no tengo problemas de publicar con ella. Ahora… ¿hay una contradicción? Sí, lo reconozco, la hay. Pero como decía Mao: “Hay contradicciones y contradicciones”. Y esta contradicción no es de fondo. Lo que define sustancialmente mi vida es mi relación con el poder y la cultura oficial. Uno tiene que hacer pequeñas concesiones en la vida y ésta es una de ellas.
El dato
Miguel Gutiérrez Correa estudió literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado las novelas “El viejo saurio se retira” (1969), “Hombres de caminos” (1988), “La violencia del tiempo” (1991), “La destrucción del reino” (1992), “Babel, el paraíso” (1993) y “Poderes secretos” (1995). También ha publicado los ensayos: “La generación del 50: un mundo dividido” (1988), “Celebración de la novela” (1996) y “El pacto con el diablo” (2007).
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