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Fuente: Peru21, Lima 04/09/08
http://peru21.pe/impresa/noticia/eeuu-se-suena-se-hace-amor-espanol/2008-09-04/223720
Eduardo González Viaña responde sobre la migración y su nueva novela El corrido de Dante.
Mientras nos endulzábamos la mañana probando unos mousses de pisco y algarrobina, Eduardo González Viaña me hablaba de sus desencuentros setenteros con el grupo Narración –en cuya revista publicó un relato–, de su amistad parisina con Vargas Llosa y de la influencia de La Divina Comedia en su novela El corrido de Dante (Planeta), una historia de migrantes latinos en Estados Unidos, donde hay espacio para personajes llamados Dante, Beatriz y Virgilio (un burro), para sus diversos círculos y, también, para el paraíso.
¿Es inevitable caer en el realismo mágico cuando se cuenta historias sobre América Latina?
No lo creo. Yo no escribo realismo mágico. Yo creo en todas las cosas que ocurren en mi novela. Me pregunto ¿por qué las historias que cuento en mi libro deben ser consideradas 'mágicas’?, ¿por qué no llamarlas reales? Me ha pasado que algún editor me ha dicho: “Por qué no escribes 70% real y 27.7% mágico”. Eso es ridículo porque todo lo que en nosotros ocurre es una forma de racionalidad… que es bastante real.
¿Cómo surge su interés por los migrantes, por los desprotegidos?
Creo que la literatura no es un juego de chicos. No creo en la literatura banal o light. Creo en la literatura dispuesta a servir los valores por los cuales el hombre se hace más hombre. No creo que mi literatura vaya a salvar al mundo, pero me persigue una misión: hacer más respetable al ser humano.
Teniendo usted una fuerte carga ideológica, ¿cómo evitar el panfleto?
Simple: contando la verdad. Cuando la verdad se impone, el panfleto resulta innecesario. Cómo no contar que, hoy, EE.UU. vive dos guerras terribles: una en Irak y Afganistán (brutal, espantosa e innecesaria) y la otra en sus calles (la que sostienen contra los inmigrantes llamados ilegales). Cómo no preocuparse por más de 20 millones de personas que hoy duermen con la incertidumbre de saber si mañana van a ser libres. Cómo vivir en EE.UU. y no escribir acerca del drama de esta gente.
Su novela es una historia de desencuentros: entre la mentalidad del migrante original y la de sus hijos.
Así es. Es el desencuentro de Dante y de su hija Emmita. La segunda generación de migrantes ya ha adquirido el inglés como lengua, y esto, a veces, conspira contra su relación. Emmita no quiere ser una mexicana, prefiere ser una gringuita. Lo mismo ocurre con su compañero, quien es un chicano. Por esta razón, en todos los personajes predominan la angustia, la desesperación, la ambigüedad... Esta situación se da en todas las culturas, pero en EE.UU. es terrible. Sin embargo, tengo una esperanza: la fusión entre lo anglosajón y lo latinoamericano es muy grande. La importancia que América Latina tiene en la economía estadounidense es tan importante que muchos jóvenes estudian español, pues conocer esta lengua les permite tener un mejor trabajo. ¿Quiénes están mejor capacitados para esta tarea? Los hijos de los migrantes. En este proceso recuerdan de dónde provienen y aprenden a valorar la herencia cultural de sus padres.
Entonces, su novela busca ser el testimonio de una época.
Busca ser una profecía. Estados Unidos es ya un país donde se habla, se piensa, se sueña y se hace el amor en español.