Por Juan Damonte
Fuente: La República, Lima 26/04/10
http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20100426/30/node/263086/todos/11
Cristian Gillen publica libro que cuestiona a los neomarxistas. Autor reivindica el carácter transformador de la ideología que dominó parte del mundo en el siglo XX.
En estos tiempos en que Marx y el marxismo son sacudidos, casi desplazados como referentes para la comprensión de los problemas modernos, el investigador y economista peruano Cristian Gillen sale en su defensa con un libro para el debate: Lucha ideológica para una transformación real. El giro lingüístico y psicoanalítico (Ed. Horizonte). Sale, en plan de reto, a los intelectuales considerados “vacas sagradas” del pensamiento posmarxista internacional. El autor plantea el reto de esclarecer a Lacan, Mouffe, Zizek, Laclau, etc., demostrando las distorsiones que se han realizado de la teoría de Marx. Él busca –dice– reivindicar el carácter transformador del marxismo.
–¿Por qué considera que el marxismo está ahora más vigente que nunca?
–Dentro de las teorías existentes, la de Marx es la que mejor nos permite desentrañar las relaciones ocultas que dentro de la sociedad tienen al ser humano sometido, alienado, y conociéndolas tendremos una herramienta para cambiar un sistema que daña al hombre.
–Sin embargo, los intelectuales que en el Perú han sido marxistas vienen siendo cuestionados o subvalorados.
–Esa campaña de desinformación es la estrategia permanente de quienes detentan el poder en una sociedad capitalista porque entienden que la teoría de Marx pone en evidencia la sociedad injusta que solo los favorece a ellos en detrimento de la mayoría nacional. No son casuales las campañas por desprestigiar a los marxistas peruanos como a Vallejo, por ejemplo, de quien se dijo, sin prueba alguna, que abjuró del marxismo en su lecho de muerte, o la de Arguedas, al cual Vargas Llosa menosprecia calificándolo como representante de una utopía arcaica o la campaña contra Mariátegui escoltada por el libro Adiós a Mariátegui de Ignacio López Soria, publicado por el Congreso. Todo esto refleja una gran ignorancia pero sobre todo un interés político destructivo.
–¿En qué se sustenta el posmarxismo?
–Si bien existen diferencias dentro de él, en términos generales, se puede señalar que hacen uso del lenguaje y el psicoanálisis para abordar la ideología, que es el hilo conductor para abordar la concepción de la sociedad y del supuesto sujeto de cambio. Tratan por todos los medios de apartarse de visiones del sujeto que emerjan de las contradicciones sociales del capitalismo.
No todo es económico
–¿No considera que la realidad capitalista se ha modificado y las formas en que los intelectuales de izquierda concebían el sujeto de cambio ya no están vigentes?
–El marxismo que sirvió de base al pensamiento progresista tuvo una visión economicista de la sociedad y del sujeto que debería impulsar la transformación. La sociedad no puede explicarse teniendo como elemento determinante lo económico sobre lo cultural y político. El sujeto tampoco puede conceptualizarse en base a la posición que ocupa en el proceso de producción económica. La sociedad está conformada por varias producciones (cultural, política, familiar, etc.), las cuales se entrelazan y penetran entre sí. No hay una determinación eterna de una sobre las otras. En cuanto al sujeto, no hay que definirlo a priori, sino como un proceso en que lo económico, político, cultural e ideológico intervienen en su constitución.
La clave
Cristian Gillen. Trabajó como director para América Latina de la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). Estudió en la UNI y en el Centre de Programmes Economiques, en París.