Humor sulfúrico

Por Ricardo González Vigil
Fuente: El Comercio, Lima 07/09/09
http://www.elcomercio.com.pe/impresa/notas/humor-sulfurico/20090907/338675

Estamos ante la obra ganadora de la primera convocatoria del Premio de Novela Diario El Comercio, certamen llevado a cabo este año con la brillantez propia del decano de la prensa nacional. Este nuevo lauro termina por consagrar a Luis Freire Sarria (Lima, 1945) como novelista de singular talento, ya que durante tres décadas ha sido conocido únicamente por su imaginación desaforada y su ingenio vertidos en el periodismo de humor.

Resulta impresionante cómo Freire Sarria está “acaparando” los premios peruanos de novela: con “El cronista que volvió del fuego” (2002) ganó la primera bienal de novela corta de la Municipalidad de Barranco; con “El sol salía en un Chevrolet amarillo” (2005) obtuvo el premio nacional de novela breve del Banco Central de Reserva, uno de nuestros concursos de mayor significación; y con “El Führer de niebla” se impuso (pocos días antes de que “El Perro Sulfúrico” triunfara en el evento del diario El Comercio) en el importante premio nacional de novela de la Universidad Federico Villarreal, el más antiguo en nuestro medio dedicado a la novela a secas, y no a la novela corta.

Añádase a los libros mencionados, la mordaz novela en que resucita a nuestro máximo poeta y lo hace retornar (con papeles falsificados en Azángaro) al Perú actual: “César Vallejo se aburrió de seguir muerto en París” (2007); y dos novelas para lectores juveniles, de cautivante intriga: “La tradición perdida de Ricardo Palma” (2008) y “El secuestro del Señor de Sipán” (2009).

El humor campea en todo lo que escribe, porque resulta consustancial a su óptica creadora. Un humor totalizante que incluye la capacidad de burlarse de sus protagonistas y de sí mismo en tanto presta rasgos suyos a los que protagonizan “El sol salía de un Chevrolet amarillo” (recrea su pubertad y adolescencia escolar) y, ahora, “El Perro Sulfúrico”. En el caso de “El Perro Sulfúrico” asistimos a la sátira política desde una postura izquierdista, adversa no solo a la dictadura militar, sino también a la inoperancia populista de Belaunde y al extremismo fanático de las facciones subversivas. Un “quincenario humorístico marxista-lennonista” (y no marxista-leninista): “El marxismo del viejo Karl Marx intervenido por los hermanos Groucho, Harpo, Chico y Zeppo Marx e infiltrado por John Lennon” (p. 14-15). En un episodio, ante el fanatismo evangelista, enarbola una frase irreverente: “Dios es humor” (p. 98).

Otra virtud de Freire es recrear con destreza el contexto histórico-cultural: el del Señor de Sipán, un cronista virreinal, Ricardo Palma, Vallejo (y su incursión en el presente), Hitler (su muerte y su aparición espiritista en el Perú actual) en el “El Führer de niebla”, los años 60 del Chevrolet amarillo y el lapso 1978-1983 de “El Perro Sulfúrico”.

ARGUMENTO
Pasando revista a sucesos ambientados en los años 1978-1983, es decir desde plena dictadura militar del Gral. Francisco Morales Bermúdez (desmanteló las tentativas reformistas de la fase anterior, la del Gobierno “revolucionario” del Gral. Juan Velasco Alvarado) hasta la mitad del segundo gobierno democrático de Fernando Belaúnde Terry (sacudido por la espiral creciente del terrorismo), entreteje la exitosa trayectoria de la revista de sátira política “El Perro Sulfúrico” (de humor corrosivo como el ácido sulfúrico), inspirada en “Monos y Monadas”.