Por Alfredo Germán Cornejo Pardo
Fuente: Los Andes, Cultural - 14 nov 2010
http://www.losandes.com.pe/Cultural/20101114/43291.html
Para beneplácito de escritores, literatos, intelectuales, académicos, de los amantes de la buena lectura, para la colectividad puneña y peruana en general; discreta y de modo exclusivo para la crítica y el comentario especializado; viene circulando los primeros ejemplares de la última producción literaria del destacado escritor Jorge Flórez Aybar, la misma que lleva por título, “Por qué se fueron las gaviotas” sugerente epígrafe que condensa una interesante antología de estética y estilísticamente bien estructurados relatos en 309 páginas, en un volumen de sobria y elegante presentación, íntegramente editada e impresa en los Talleres de Diseño y Publicidad MERÚ de la ciudad lacustre de Puno.
Por qué se fueron las gaviotas, evidentemente por su importancia, trascendencia literaria, por su contenido, por las circunstancias y coyuntura político-social, en la que fue presentada (una accidentada campaña electoral, burda y groseramente enturbiada por una innoble, masiva y asquerosa guerra sucia, emprendida por la más reaccionaria de la derecha peruana en contubernio con un importante, irresponsable y venal sector de la prensa nacional, en contra de candidatos populares quienes esgrimiendo banderas del cambio, la justicia social, la defensa de la soberanía nacional y en contra de la corrupción y el entreguismo; postulan terca y heroicamente a las presidencias de los gobiernos regionales así como a las alcaldías provinciales y distritales del país, ); ciertamente que nos invita a la serena y grata lectura, al comentario y al análisis respectivo, el mismo que sin pretender ingresar a los nada recomendables predios de la crítica literaria; muy por el contrario formulado honesta, objetiva, y con altura en nuestra condición de intelectual, de académico, de admirador de la literatura, de la poesía, de la narrativa, la novelística y el cuento; de lector impenitente y muy particularmente en nuestra condición de testigo de excepción de los inicios de Flórez Áybar en el privilegiado campo de la poesía, y la literatura, hace ya varios lustros atrás, testigo excepcional en el proceso de su desarrollo y crecimiento como pensador, poeta, narrador, intelectual, académico, ensayista, hombre de letras; observando, constatando y eventualmente participando de prolongados, interesantes, amenos y muchas veces agrios coloquios, sobre cultura, aspectos de nuestra Historia y la realidad nacional.
Testigo de sus preocupaciones, reflexiones, análisis; de sus rebeldías, desvelos e inquietudes en quebrar seculares dependencias y hegemonías de patrones, estilos e inconsistentes moldes literarios occidentales; romper definitivamente con la absurda tesis de las “vacas sagradas;” autotitulado membrete de supuestos representantes de la literatura nacional; mezquino y excluyente cenáculo capitalino. Apasionado en formular, y sostener audaces y atrevidos planteamientos y presupuestos teóricos que lógica y racionalmente sustentan y reivindican la trascendente existencia de una vigorosa y riquísima expresión literaria andina la misma que responde, y traduce la cruda realidad de los pueblos del Perú profundo, su alma, y sentir, sus aspiraciones, y luchas, sus sueños y esperanzas; así como lo más profundo y valioso de la milenaria raíz histórico-cultural andina; para finalmente, hoy al cabo de muchos años de constatar una fructífera y cada vez más reconocida producción poético-literaria, celebrar y disfrutar el logro de la plenitud y madurez en su reflexión teórica y producción literaria.
El libro viene a constituir una interesante, original y novedosa publicación que cronológicamente estructurada en tres partes, sintetiza en una primera, (14 cuentos) su auroral y prometedora producción narrativa (1968-2001) y cuya temática central, gira en torno a hechos, vivencias y recuerdos de su infancia y adolescencia tierna, conmovedora y desgarradoramente narradas y que a decir del autor es una “ experiencia vital focalizada desde mi interioridad especie de alter ego, teñida de melancolía, tristeza, pesimismo, incluso de ideas suicidas”,(pág. 8) luego en una segunda y tercera, nos regala un ramillete de sugestivos y cautivantes relatos que, “responden a la inquietud de escribir narraciones luego de la presentación de “La Agonía de Kamachiq”.- Agosto del 2009 , pues según Flórez Aybar, no tuvo ningún proyecto a la vista y decidió escribir algunas narraciones, 11 en total desde Agosto del 2009, hasta Marzo del 2010 periodo en el que según confesión de parte estuvo "al borde de la locura”; confesión que de algún modo y en forma sorprendente nos recuerda aquella irreverente sentencia formulada por Federico Nietzche “que la genialidad limita con la locura”. Acuartelado en su atelier, interrogándose permanentemente sobre el proceso de su producción literaria, “pues los referentes corresponden al influjo de la transculturación, … pues, una vez caí enfermo y me iba deshidratando cada vez más, así me sentí cuando empecé a escribir estas” narraciones pues mi organismo resumía otros recuerdos que pertenecen a la primera parte y hoy cronológicamente pertenecen a la segunda parte” (pág. 11); conmovedoras narraciones que, sorprendidos por la ingenuidad, ternura y dramatismo que tercamente caracteriza a sus personajes; impactados emocionalmente por las sucesión de secuencias coherente y rigurosamente entramadas, por la riqueza del texto y la descripción del entorno, inconsciente, mecánica e inexorablemente toca la fibra más íntima de nuestro ser, haciéndonos inconscientemente partícipes del dolor que agobia a los personajes o como cuando: “María del Cielo desde la cima de la isla de Manco Cápac ‘exclamó: ¡Descansa en paz, mi viejo lobo! Luego arrojó un ramo de rosas rojas que la Asociación de Escritores le enviara, iban a premiarlo, eso le comunicaban en el sobre que nunca se atrevió a abrir, porque en lo más profundo de su ser temía al igual que su compañero don Samuel Camacho correr la misma suerte: ser despedido del trabajo (‘Bajo la sombra del amor’.- en “Por qué se fueron las gaviotas”. Págs. 223 y 232)… Once cautivantes y sentidos relatos que técnica y estéticamente resumen narraciones que pertenecen o más propiamente expuestos, son la coherente y bien construida extensión o prolongación de la primera parte de su producción, pues según el autor, “no puede sacudirse de su primera experiencia vital”, y de los lejanos recuerdos de su infancia y que de un modo u otro influyen en su producción actual.
Y finamente cerrar este original e interesante epítome, con un tercer bloque de relatos de procedencia histórica y libre interpretación de acontecimientos históricos como un personal y muy particular intento de aproximación y reconstrucción de la verdad histórica a partir de la visión y sentir de sus protagonistas. Definitivamente una original publicación cuya principal virtud es la de presentarnos y reflejar al escritor en la plenitud y madurez tanto de su producción, su reflexión teórico-literaria, así como el manejo de un estilo personalísimo y propio, definitivamente con una depurada técnica narrativa.
A muchos de sus innumerables amigos, colegas, discípulos y lógicamente sin considerar a algunos necesarios e infaltables detractores, nos llena de muchísima satisfacción sobre todo al comprobar el desarrollo y solidez de sus iníciales propuestas teóricas planteadas hace ya muchos años en el Proemio de “La Tierra de los Vencidos" (Ed. Artes Gráficas Camacho-Puno-l987). El mismo que señala:”Nosotros propugnamos una literatura andina, literatura que responda a nuestra cultura, a nuestra lengua, i a nuestra raza; pues, entendemos que toda obra debe reflejar su realidad histórica con toda la gama de implicancias que ésta conlleva: ideológicas, sociales, culturales, i estilísticas. En suma, la obra literaria refleja el estado de conciencia social de un Pueblo”. Presupuesto teórico, propuesto audaz y valientemente hace muchos años atrás, luego traducido y desarrollado con una solidez, contundencia y perseverancia en cada una de la totalidad de la producción literaria de Flórez Áybar y que a decir de Juan Alberto Osorio en la introducción a su novela “Más allá de las nubes” (Biblioteca de Narrativa Peruana Contemporánea UNSM-Lima 2001); “es la culminación de un ejercicio narrativo que viene de los primeros años de la década de los 80. Se trata de una novela de mucho interés en el desarrollo de la novela peruana última de aquella que encaja en una tradición narrativa andina”, conceptos que por otra parte comparte Manuel J. Baquerizo al señalar que “Más allá de las nubes” , es el primer intento de escribir una novela moderna en Puno. Con esta obra el autor rompe los viejos cánones de la narrativa indigenista, costumbrista y realista. Flórez Áybar (siguiendo sin duda a José María Arguedas ), concibe la obra literaria como una recreación o reinvención de la realidad, es decir como producto de la ficción”, o como finalmente sostiene Jorge Luis Roncal en el colofón de “Literatura y violencia en los Andes” (arteidea- editores Lima 2004).- “es un hito importantísimo, Flórez Áybar con una visión que enfatiza el entrelazamiento de literatura e historia y que por tanto asume la violencia como elemento consustancial a una sociedad como la peruana en permanente conflicto y desgarro, sobre todo en los Andes, ensaya una respuesta que corresponde a esta realidad”.
Flórez Aybar, con esta obra, a más de agitar, los círculos intelectuales, artísticos, literario-académicos y la colectividad en general, de la muy querida ciudad de Puno, indudablemente que honra y engrandece ese merecido título concedido a nuestra Ciudad Lacustre de ser “Tierra de escritores, artistas y compositores“ y de otro lado, una vez más, ratifica su irrenunciable compromiso de contribuir al desarrollo y reconocimiento de la vigorosa existencia de la literatura andina, y con ella la cada vez más influyente presencia de escritores innovadores y contestatarios. Y para concluir, esperamos, que haya sido solo una emotiva y momentánea afirmación de Jorge Flórez Áybar cuando dice “mi experiencia vital se acabó”. Es preferible tomarle las palabras finales del párrafo cuando expresa: “Aunque tú y yo sabemos que en las ficciones más subjetivas, el novelista no puede prescindir de la realidad, de mi realidad como poeta o pensador. Entonces me convertiré en el buscador de otras historias y espero la tuya para ser contada a mi manera”.